Inmersion Poetas - Flipbook - Page 296
9:32–10:15
Job
»Dios no es un mortal como yo,
por eso no puedo discutir con él ni llevarlo a juicio.
Si tan solo hubiera un mediador entre nosotros,
alguien que pudiera acercarnos el uno al otro.
Ese mediador podría hacer que Dios dejara de golpearme,
y ya no viviría aterrorizado de su castigo.
Entonces podría hablar con él sin temor,
pero no puedo lograrlo con mis propias fuerzas.
»Estoy harto de mi vida.
Dejen que desahogue mis quejas abiertamente;
mi alma llena de amargura debe quejarse.
Le diré a Dios: “No me condenes de plano,
dime qué cargos tienes en mi contra.
¿Qué ganas con oprimirme?
¿Por qué me rechazas, siendo yo obra de tus manos,
mientras miras con favor los planes de los malvados?
¿Son tus ojos como los de un ser humano?
¿Ves las cosas de la misma manera que la gente?
¿Dura tu vida lo mismo que la nuestra?
¿Es tu vida tan corta
que tienes que apurarte a descubrir mi culpa
y a buscar mi pecado?
Aunque sabes que no soy culpable,
no hay quien me rescate de tus manos.
»”Tú me formaste con tus manos; tú me hiciste,
sin embargo, ahora me destruyes por completo.
Recuerda que me hiciste del polvo;
¿me harás volver tan pronto al polvo?
Tú guiaste mi concepción
y me formaste en el vientre.
Me vestiste con piel y carne
y tejiste mis huesos junto con mis tendones.
Me diste vida y me mostraste tu amor inagotable,
y con tu cuidado preservaste mi vida.
»”Sin embargo, tu verdadero motivo
—tu verdadera intención—
era vigilarme y, si cometía pecado,
no perdonar mi culpa.
Si soy culpable, mala suerte para mí;
aun si soy inocente, no puedo mantener mi cabeza en alto
porque estoy lleno de vergüenza y sufrimiento.
283