Inmersion Poetas - Flipbook - Page 244
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No digas: «Me voy a vengar de este mal»;
espera a que el Señor se ocupe del asunto.
El Señor detesta el engaño;
no le agradan las balanzas adulteradas.
El Señor dirige nuestros pasos,
entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?
No te acorrales al hacer una promesa apresurada a Dios
y calcular el costo después.
El rey sabio esparce a los perversos como trigo,
y luego los atropella con su rueda de trillar.
La luz del Señor penetra el espíritu humano
y pone al descubierto cada intención oculta.
El amor inagotable y la fidelidad protegen al rey;
su trono se afianza por medio de su amor.
La gloria de los jóvenes es su fuerza;
las canas de la experiencia son el esplendor de los ancianos.
El castigo físico limpia la maldad;
semejante disciplina purifica el corazón.
El corazón del rey es como un arroyo dirigido por el Señor,
quien lo guía por donde él quiere.
La gente puede considerarse en lo correcto según su propia opinión,
pero el Señor examina el corazón.
Al Señor le agrada más cuando hacemos lo que es correcto y justo
que cuando le ofrecemos sacrificios.
Los ojos arrogantes, el corazón orgulloso
y las malas acciones son pecado.
Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad,
pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.
La riqueza fruto de una lengua mentirosa
es una neblina que se esfuma y una trampa mortal.
La violencia de los perversos arrasará con ellos,
porque se niegan a hacer lo que es justo.
El culpable camina por un sendero torcido;
el inocente anda por un camino recto.