Inmersion Poetas - Flipbook - Page 141
128
INMERSIÓN
•
P O E TA S
El mar Rojo los vio venir y se apuró a quitarse del camino;
el agua del río Jordán se hizo a un lado.
¡Las montañas saltaron como carneros,
las colinas brincaron como corderos!
¿Qué te pasa, mar Rojo, qué te llevó a quitarte del camino?
¿Qué sucedió, río Jordán, que te hiciste a un lado?
Montañas, ¿por qué saltaron como carneros?
Colinas, ¿por qué brincaron como corderos?
Tiembla, oh tierra, ante la presencia del Señor,
ante el Dios de Jacob.
Él convirtió la roca en una laguna de agua;
sí, de la roca sólida fluyó un manantial.
SALMO 115
No a nosotros, oh Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre le corresponde toda la gloria,
por tu amor inagotable y tu fidelidad.
¿Por qué dejar que las naciones digan:
«Dónde está el Dios de Israel»?
Nuestro Dios está en los cielos
y hace lo que le place.
Los ídolos de ellos no son más que objetos de plata y oro;
manos humanas les dieron forma.
Tienen boca pero no pueden hablar,
tienen ojos pero no pueden ver.
Tienen oídos pero no pueden oír,
y tienen nariz, pero no pueden oler.
Tienen manos pero no pueden sentir,
tienen pies pero no pueden caminar,
y tienen garganta pero no pueden emitir sonidos.
Y los que hacen ídolos son iguales a ellos,
como también todos los que confían en ellos.
¡Oh Israel, confía en el Señor!
Él es tu ayudador y tu escudo.
¡Oh sacerdotes, descendientes de Aarón, confíen en
el Señor!
Él es su ayudador y su escudo.
¡Todos los que temen al Señor, confíen en el Señor!
Él es su ayudador y su escudo.
114:3–115:11