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INMERSIÓN
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P O E TA S
lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.
No nos reprenderá todo el tiempo
ni seguirá enojado para siempre.
No nos castiga por todos nuestros pecados;
no nos trata con la severidad que merecemos.
Pues su amor inagotable hacia los que le temen
es tan inmenso como la altura de los cielos sobre
la tierra.
Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros
como está el oriente del occidente.
El Señor es como un padre con sus hijos,
tierno y compasivo con los que le temen.
Pues él sabe lo débiles que somos;
se acuerda de que somos tan solo polvo.
Nuestros días sobre la tierra son como la hierba;
igual que las flores silvestres, florecemos y morimos.
El viento sopla, y desaparecemos
como si nunca hubiéramos estado aquí.
Pero el amor del Señor permanece para siempre
con los que le temen.
¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos
de los que son fieles a su pacto,
de los que obedecen sus mandamientos!
El Señor ha hecho de los cielos su trono;
desde allí gobierna todo.
Alaben al Señor, ustedes los ángeles,
ustedes los poderosos que llevan a cabo sus planes,
que están atentos a cada uno de sus mandatos.
¡Sí, alaben al Señor, ejércitos de ángeles
que le sirven y hacen su voluntad!
Alabe al Señor todo lo que él ha creado,
todo lo que hay en su reino.
Que todo lo que soy alabe al Señor.
SALMO 104
Que todo lo que soy alabe al Señor.
¡Oh Señor mi Dios, eres grandioso!
Te has vestido de honor y majestad.
Te has envuelto en un manto de luz.
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