Inmersion Cronicas NTV - Flipbook - Page 76
2C | 9:26–10:10
C rónicas – E S D R A S – N E H E M Í A S
65
y doce mil caballos. Los colocó en las ciudades designadas para guardar
los carros y también cerca de él en Jerusalén. Gobernaba a todos los reyes
desde el río Éufrates, en el norte, hasta la tierra de los filisteos y la frontera
con Egipto, en el sur. El rey hizo que en Jerusalén la plata fuera tan abundante como las piedras. Además, la valiosa madera de cedro era tan común
como la higuera sicómoro que crece en las colinas de Judá. Los caballos de
Salomón se importaban de Egipto y de muchos otros países.
Los demás acontecimientos del reinado de Salomón, desde el principio
hasta el fin, están registrados en El registro del profeta Natán, en La profecía
de Ahías de Silo y también en Las visiones de Iddo el vidente acerca de Jeroboam, hijo de Nabat. Salomón gobernó en Jerusalén a todo Israel durante
cuarenta años. Cuando murió, lo enterraron en la Ciudad de David, la
cual llevaba ese nombre por su padre. Luego su hijo Roboam lo sucedió
en el trono.
Roboam fue a Siquem, donde todo Israel se había reunido para proclamarlo rey. Cuando Jeroboam, hijo de Nabat, se enteró de esto, regresó de
Egipto, donde había huido para escapar del rey Salomón. Entonces los
líderes de Israel mandaron a llamar a Jeroboam, y él junto con todo Israel
fueron a hablar con Roboam.
—Su padre fue un amo muy duro —le dijeron—. Alivie los trabajos
tan pesados y los impuestos tan altos que su padre impuso sobre nosotros.
Entonces seremos sus leales súbditos.
Roboam les respondió:
—Regresen en tres días y les daré una respuesta.
Entonces el pueblo se retiró.
Después el rey Roboam consultó el asunto con los ancianos que habían
sido consejeros de su padre Salomón.
—¿Qué me aconsejan ustedes? —les preguntó—. ¿Cómo debo responder a este pueblo?
Los consejeros ancianos contestaron:
—Si se muestra bondadoso con este pueblo y hace todo lo posible por
complacerlos y darles una respuesta favorable, ellos siempre serán sus leales súbditos.
Sin embargo, Roboam rechazó el consejo de los ancianos y pidió, en
cambio, la opinión de los jóvenes que se habían criado con él y que ahora
eran sus consejeros.
—¿Qué me aconsejan ustedes? —les preguntó—. ¿Cómo debo responder a esta gente que me pide que alivie las cargas que impuso mi padre?
Los jóvenes contestaron: