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INMERSIÓN
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CRÓNICAS
que en conjunto nos relatan una historia integral, debemos tratar de entender la enseñanza de la Biblia y vivir a la luz de su historia. Para ayudar a
los lectores a entender y leer mejor la Biblia como una colección de libros
completos, hemos quitado todos los agregados al texto de la Biblia. Esos
agregados, aunque fueron insertados con buenas intenciones, se han ido
acumulando a lo largo de los siglos, cambiando la forma en que la gente ve
la Biblia y, por lo tanto, también lo que suponen que hay que hacer con ella.
Los capítulos y los versículos no son las unidades originales de la Biblia.
Los últimos libros de la Biblia fueron escritos en el primer siglo d. C.; no
obstante, la división por capítulos fue agregada en el siglo xiii d. C. y la división por versículos que hoy conocemos apareció a mediados del siglo xvi.
De manera que, durante la mayor parte de su historia, la Biblia carecía de
capítulos y versículos. Fueron introducidos para que se pudieran organizar
las obras de consulta, como los comentarios y las concordancias. Pero si
nos basamos en esos agregados posteriores para guiar nuestra lectura de
la Biblia, corremos el riesgo de no ver la estructura original y natural de la
misma. También nos pone en riesgo de perder el mensaje y el significado
de la Biblia. Por esa razón, hemos quitado las indicaciones de versículo y
capítulo del texto. (No obstante, hemos incluido una indicación del rango
de versículos que abarca cada página, en su parte superior, para facilitar
la consulta).
Esta edición también elimina los títulos de sección que se encuentran en
la mayoría de las versiones de la Biblia. Tampoco son originales, sino obra
de los editores modernos. Esos títulos dan la impresión de que la Biblia
está compuesta de breves secciones temáticas, como una enciclopedia. De
manera que, al igual que los capítulos y los versículos, nos inducen a tratar
la Biblia como una obra de consulta en lugar de una colección de buenos
escritos que nos invitan a la lectura. Muchos títulos también arruinan el suspenso que los relatores procuraron generar y utilizar a tal efecto. (Por ejemplo, un título que aparece con frecuencia en el libro de los Hechos anuncia
por adelantado algo como «Pedro escapa milagrosamente de la cárcel»).
Por lo tanto, en lugar de títulos de sección, Inmersión: La Biblia de lectura utiliza espaciado de línea e indicadores gráficos para reflejar de manera
sencilla y elegante la estructura de los libros de la Biblia. Por ejemplo, en la
carta conocida como 1 Corintios, Pablo encara doce problemas en la vida
de la comunidad en Corinto. En esta edición, espacios dobles entre líneas
y una cruz sencilla separan cada enseñanza que Pablo ofrece para cada
problema. Separaciones simples de línea indican fases diferentes de los
argumentos más extensos que presenta Pablo para apoyar su enseñanza.
Espacios triples entre líneas con tres cruces separan la apertura y el cierre
de la carta del cuerpo principal del libro. En cambio, los títulos de una Biblia
típica dividen 1 Corintios en casi treinta partes. Esas divisiones no indican
