Inmersion Reinos NTV - Flipbook - Página 83
13:18–14:8
J u eces
71
—¿Cómo te llamas? Pues queremos honrarte cuando todo esto se haga
realidad.
—¿Para qué preguntas mi nombre? —contestó el ángel del S eñor—.
Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas.
Después Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de grano, y ofreció todo
sobre una piedra como sacrificio al Señor. Y mientras Manoa y su esposa
observaban, el Señor hizo algo asombroso: cuando las llamas del altar se
elevaron hacia el cielo, el ángel del S eñor ascendió en medio del fuego. Al
verlo, Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra.
El ángel no volvió a aparecerse a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa
finalmente se dio cuenta de que era el ángel del S eñor, y le dijo a su
esposa:
—¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios!
Pero su esposa dijo:
—Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra
ofrenda quemada ni nuestra ofrenda de grano. No se nos hubiera aparecido, ni habría dicho algo tan maravilloso, ni hecho estos milagros.
Así que cuando nació su hijo, ella lo llamó Sansón. Y el Señor lo bendijo, y el niño creció. Y el E
spíritu del S eñor comenzó a manifestarse en
él mientras se encontraba viviendo en M
ahne-dan, entre las ciudades de
Zora y Estaol.
Cierto día, estando Sansón en Timna, se vio atraído por una mujer filistea.
Cuando volvió a su casa, dijo a su padre y a su madre:
—Me gusta una joven filistea de Timna y quiero casarme con ella.
Consíganmela.
Pero su padre y su madre se opusieron.
—¿Acaso no hay una sola mujer de nuestra tribu o entre todas las israelitas con la que puedas casarte? —preguntaron—. ¿Por qué tienes que ir
a los filisteos paganos a buscar una esposa?
Sin embargo, Sansón le dijo a su padre:
—¡Consíguemela! A mí me gusta ella.
Su padre y su madre no se daban cuenta de que el S eñor estaba obrando
en todo esto, con el fin de crear una oportunidad para actuar contra los
filisteos, que en ese tiempo gobernaban a Israel.
Cuando Sansón y sus padres descendían hacia Timna, de repente un
león joven atacó a Sansón cerca de los viñedos de Timna. En ese instante,
el Espíritu del Señor vino con poder sobre él y despedazó las quijadas del
león a mano limpia; tan fácilmente como si hubiera sido un cabrito. Pero
no contó nada de lo sucedido ni a su padre ni a su madre. Cuando Sansón
llegó a Timna, conversó con la mujer y quedó encantado con ella.
Más tarde, cuando volvió a Timna para la boda, se apartó del camino
InmersionReinos_NTV.indd 71
11/27/2017 8:25:36 AM