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INMERSIÓN
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REINOS
2R
| 2:12–3:2
separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino. Eliseo lo vio y exclamó:
«¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!».
Mientras desaparecían de su vista, rasgó su ropa en señal de angustia.
Entonces Eliseo tomó el manto de Elías, el cual se había caído cuando
fue llevado, y regresó a la orilla del río Jordán. Golpeó el agua con el manto
de Elías y exclamó: «¿Dónde está el Señor, Dios de Elías?». Entonces el
río se dividió en dos y Eliseo lo cruzó.
Cuando el grupo de profetas de Jericó vio desde lejos lo que había sucedido, exclamaron: «¡El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo!». Enseguida
salieron a su encuentro y se inclinaron hasta el suelo delante de él.
—Señor —le dijeron—, usted tan solo dé la orden y cincuenta de nuestros hombres más fuertes buscarán a su amo por todo el desierto. Tal vez
el Espíritu del Señor lo haya dejado en alguna montaña o en algún valle.
—No —respondió Eliseo—, no los manden.
Pero ellos insistieron tanto que él, avergonzado, finalmente aceptó:
—Está bien —les dijo—, mándenlos.
Así que cincuenta hombres buscaron a Elías durante tres días, pero no lo
encontraron. Eliseo aún estaba en Jericó cuando los hombres regresaron.
«¿Acaso no les dije que no fueran?», preguntó.
Cierto día, los líderes de la ciudad de Jericó fueron a visitar a Eliseo.
—Tenemos un problema, señor —le dijeron—. Como puedes ver, esta
ciudad está situada en un entorno agradable, pero el agua es mala y la t ierra
no produce.
Eliseo dijo:
—Tráiganme un recipiente nuevo y pónganle sal.
Así que se lo llevaron y Eliseo fue hasta el manantial que suministraba
el agua a la ciudad, le echó la sal y dijo: «Esto dice el Señor: “Yo he purificado el agua, ya no causará muerte ni esterilidad”». Desde entonces el
agua quedó pura, tal como dijo Eliseo.
Después Eliseo salió de Jericó y subió a Betel. Mientras iba por el camino, unos muchachos de la ciudad comenzaron a burlarse y a reírse de
él. «¡Vete de aquí, viejo calvo! —gritaban—. ¡Vete de aquí, viejo calvo!».
Eliseo se dio la vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor.
Entonces dos osos salieron del bosque y atacaron a cuarenta y dos de ellos.
De allí, Eliseo fue al monte Carmelo y finalmente regresó a Samaria.
Joram, hijo de Acab, comenzó a gobernar I srael durante el año dieciocho
del reinado de Josafat en Judá y reinó en Samaria doce años. Joram hizo
lo malo a los ojos del S eñor, aunque no tanto como su padre y su madre.
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