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Samue
2S
–REYES
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avid fue y llevó el arca de D
D
ios de la casa de Obed-edom a la C
iudad
de David con gran celebración. Cuando los hombres que llevaban el arca
del Señor dieron apenas seis pasos, David sacrificó un toro y un ternero
engordado. Y David danzó ante el Señor con todas sus fuerzas, vestido
con una vestidura sacerdotal. David y todo el pueblo trasladaron el arca del
Señor entre gritos de alegría y toques de cuernos de carnero.
Entonces, cuando el arca del S eñor entraba a la C
iudad de D
avid,
Mical, hija de Saúl, se asomó por la ventana. Cuando vio que el rey David
saltaba y danzaba ante el Señor, se llenó de desprecio hacia él.
Así que trasladaron el arca y la colocaron en su lugar dentro de la carpa
especial que D
avid le había preparado. D
avid sacrificó al S eñor ofrendas
quemadas y ofrendas de paz. Cuando terminó de ofrecer los sacrificios,
David bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales. Después repartió a todos los israelitas que estaban allí reunidos, tanto
hombres como mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y un pastel
de pasas de uva. Luego todos regresaron a su casa.
Cuando D
avid regresó a su hogar para bendecir a su propia familia,
Mical, la hija de Saúl, salió a su encuentro y le dijo indignada:
—¡Qué distinguido se veía hoy el rey de Israel, exhibiéndose descaradamente delante de las sirvientas tal como lo haría cualquier persona vulgar!
David le replicó a Mical:
—¡Estaba danzando delante del Señor, quien me eligió por encima de
tu padre y de su familia! Él me designó como el líder de I srael, el pueblo
del Señor, y de este modo celebro delante de él. ¡Así es, y estoy dispuesto
a quedar en ridículo e incluso a ser humillado ante mis propios ojos! Pero
esas sirvientas que mencionaste, ¡de seguro seguirán pensando que soy
distinguido!
Y Mical, la hija de Saúl, nunca tuvo hijos en toda su vida.
Una vez que David se instaló en el palacio, y el Señor le dio descanso de
los enemigos que lo rodeaban, el rey mandó llamar al profeta Natán.
—Mira —le dijo D
avid—, yo vivo en un hermoso palacio de cedro,
¡mientras que el arca de Dios está allá afuera en una carpa!
Natán le respondió al rey:
—Adelante, haz todo lo que tienes pensado porque el Señor está
contigo.
Pero esa misma noche el Señor le dijo a Natán:
«Ve y dile a mi siervo David: “Esto ha declarado el Señor: ¿acaso eres
tú el que me debe construir una casa en la que yo viva? Desde el día en
que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, nunca he vivido en una
casa. Siempre fui de un lugar a otro con una carpa y un tabernáculo
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