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INMERSIÓN
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REINOS
1S
| 22:5-17
quedaron en Moab con el rey durante todo el tiempo que David vivió en
la fortaleza.
Un día el profeta Gad dijo a D
avid: «Deja la fortaleza y vuelve a la t ierra
de Judá». Entonces David fue al bosque de Haret.
Las noticias de su llegada a Judá pronto alcanzaron a Saúl. En ese momento, el rey estaba sentado debajo de un árbol de tamarisco en la colina
de Guibeá, con su lanza en la mano y rodeado de sus oficiales.
—¡Escuchen bien, hombres de Benjamín! —les gritó Saúl a sus oficiales
al oír las noticias—. ¿Acaso ese hijo de Isaí les ha prometido a cada uno de
ustedes campos y viñedos? ¿Les ha prometido a todos hacerlos generales
y capitanes de su ejército? ¿Es por eso que han conspirado contra mí?
Pues ninguno de ustedes me avisó cuando mi propio hijo hizo un pacto
solemne con ese hijo de Isaí. Ni siquiera sienten lástima por mí. ¡Imagínense! ¡Mi propio hijo incita al hijo de Isaí para que me mate, tal como
está tratando de hacer hoy mismo!
Entonces Doeg el edomita, que se encontraba entre los hombres de
Saúl, habló:
—Cuando estaba en Nob, vi al hijo de Isaí hablando con el sacerdote
Ahimelec, hijo de Ahitob. Ahimelec consultó al Señor por él. Luego le dio
alimento y la espada de Goliat el filisteo.
Entonces el rey Saúl inmediatamente mandó traer a Ahimelec y a toda
su familia, quienes servían como sacerdotes en Nob. Cuando llegaron,
Saúl le gritó:
—¡Escúchame, hijo de Ahitob!
—¿Qué quiere, mi rey? —le preguntó Ahimelec.
—¿Por qué han conspirado contra mí, tú y ese hijo de Isaí? —le preguntó Saúl—. ¿Por qué le diste alimento y una espada? ¿Por qué consultaste a Dios por él? ¿Por qué lo instigaste a matarme, como está tratando
de hacer hoy mismo?
—Pero señor —respondió Ahimelec—, ¿hay alguien entre todos sus
siervos que sea tan fiel como su yerno D
avid? ¡Él es el capitán de su escolta
y un miembro altamente honrado de su casa! Por cierto, ¡esta no fue la
primera vez que consulté a D
ios por él! Que el rey no me acuse a mí y a mi
familia de este asunto, porque yo no sabía nada de un complot en contra
de usted.
—¡Ahimelec, ten por seguro que morirás junto con toda tu familia!
—gritó el rey.
Y le ordenó a su escolta:
—¡Maten a estos sacerdotes del Señor, porque son aliados de D
avid
y conspiradores con él! ¡Ellos sabían que él huía de mí, pero no me lo
dijeron!
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