Inmersion Reinos NTV - Flipbook - Página 105
3:15–4:8
Rut
93
levantó muy temprano, antes de que hubiera suficiente luz para que una
persona pudiera reconocer a otra; pues Booz había dicho:
—Nadie debe saber que estuvo una mujer aquí en el campo de trillar.
Luego Booz le dijo:
—Trae tu manto y extiéndelo.
Entonces él midió seis medidas de cebada sobre el manto y lo colocó
sobre las espaldas de ella. Después él regresó al pueblo.
Cuando Rut volvió a donde estaba su suegra, Noemí le preguntó:
—¿Qué sucedió, hija mía?
Rut le contó a Noemí todo lo que Booz había hecho por ella y agregó:
—Me dio estas seis medidas de cebada y dijo: “No vuelvas a tu suegra
con las manos vacías”.
Entonces Noemí le dijo:
—Ten paciencia, hija mía, hasta que sepamos lo que pasa. El hombre no
descansará hasta dejar resuelto el asunto hoy mismo.
Booz fue a la puerta de la ciudad y allí se sentó. En ese momento, pasó
por ese lugar el redentor de la familia que Booz había mencionado, así
que lo llamó:
—Amigo, ven, siéntate aquí. Quiero hablar contigo.
Así que se sentaron juntos. Enseguida Booz llamó a diez líderes del pueblo y les pidió que se sentaran allí como testigos. Entonces Booz le dijo al
redentor de la familia:
—Tú conoces a Noemí, la que volvió de Moab. Está por vender el
terreno que pertenecía a Elimelec, nuestro pariente. Pensé que yo debía
hablar contigo para que pudieras redimir la t ierra si deseas hacerlo. Si quieres la tierra, entonces cómprala ahora en presencia de estos testigos. Pero
si no quieres la tierra, házmelo saber ahora mismo, porque, después de ti,
soy el pariente más cercano para redimirla.
El hombre respondió:
—Muy bien, yo la redimo.
Entonces le dijo Booz:
—Por supuesto, al comprar tú la tierra de Noemí, estás obligado a casarte con Rut, la viuda moabita. De esta manera ella podrá tener hijos que
lleven el nombre de su esposo y así conservar la t ierra para su familia.
—Entonces no puedo redimir la tierra —respondió el pariente redentor— porque esto pondría en peligro mi propia herencia. Redime tú la
tierra; yo no lo puedo hacer.
En esos días era costumbre en I srael que cualquiera que transfiriera un
derecho de compra se quitara la sandalia y se la entregara a la otra parte.
Esto hacía válida la transacción de una manera pública. Entonces el otro
redentor de la familia se quitó la sandalia mientras le decía a Booz:
—Compra tú la tierra.
InmersionReinos_NTV.indd 93
11/27/2017 8:25:37 AM