Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 98
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I sa í as
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Las granjas de Hesbón están abandonadas;
los viñedos de Sibma están desiertos.
Los gobernantes de las naciones han quebrantado a Moab,
esa vid tan hermosa.
Sus zarcillos se extendían hacia el norte hasta la ciudad de Jazer
y trepaban hacia el oriente hasta entrar en el desierto.
Sus sarmientos se extendían tan lejos hacia el occidente
que cruzaban por encima del mar Muerto.
Así que ahora lloro por Jazer y por los viñedos de Sibma;
mis lágrimas correrán por Hesbón y Eleale.
Ya no hay gritos de júbilo
por sus frutos de verano y sus cosechas.
Se acabó la alegría;
desapareció el gozo de la cosecha.
No habrá cantos en los viñedos
ni más gritos felices,
ni se pisarán las uvas en los lagares.
Yo puse fin a la alegría por sus cosechas.
El clamor de mi corazón por Moab es como el lamento
de un arpa;
estoy lleno de angustia por Kir-hareset.
El pueblo de Moab rendirá culto en sus santuarios paganos,
pero no le servirá de nada.
Clamará a los dioses en sus templos,
pero nadie lo podrá salvar.
El Señor ya ha dicho estas cosas acerca de Moab en el pasado. Pero
ahora, el Señor dice: «Dentro de tres años, contando cada día, se acabará la gloria de Moab. De su gran población, solo unos cuantos débiles
quedarán vivos».
Recibí este mensaje acerca de Damasco:
«¡Miren! ¡La ciudad de Damasco desaparecerá!
Se convertirá en un montón de escombros.
Las ciudades de Aroer quedarán desiertas.
Las manadas pastarán en las calles y se echarán sin que nada
las perturbe,
sin que nadie las espante.
Las ciudades fortificadas de Israel también serán destruidas,
y se acabará el poder de la realeza de Damasco.