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INMERSOS EN ISAÍAS
E L P R O F E TA I S A Í A S fue contemporáneo de Miqueas, pero su libro
contiene doce veces más material. Trata sobre muchas otras naciones
aparte de Judá —en realidad, toda la creación— y también abarca una
variedad de períodos significativos en la historia de pacto de Israel,
incluso más allá de la vida del profeta.
Aunque Isaías es un libro largo para leer, es fundamental para ver
cómo la relación de Dios con la humanidad pasa de los primeros pactos al nuevo pacto introducido por Jesús. Los autores del Nuevo Testamento citan a Isaías con más frecuencia que a cualquier otro libro,
salvo los Salmos.
La colección de los oráculos de Isaías se divide en ocho partes
principales:
La primera parte (pp. 57-78) se ubica durante una crisis importante
en la historia de Judá. Israel y Siria (también conocida como Aram)
habían invadido Judá y tenían la intención de reemplazar al rey Acaz
con un rey títere propio. El Señor usa esta situación para declarar una
demanda de pacto contra el pueblo de Judá por la misma injusticia
y adoración falsa que condenó al reino del norte de Israel. En medio
de ese desastre, Isaías predice el nacimiento de un rey piadoso que
establecerá justicia y traerá paz a la tierra. Aunque inicialmente estos
oráculos visualizan al rey Ezequías, también señalan la historia a largo
plazo de la venida del Mesías.
Los oráculos de la segunda parte del libro (pp. 78-95) tratan sobre
otras naciones y hablan de acontecimientos futuros: las campañas inminentes de los asirios, el surgimiento de Babilonia, la conquista de Judá,
el Destierro y el regreso del pueblo de Dios.
Tanto en la tercera (pp. 95-101) como en la quinta (pp. 115-117)
parte, la perspectiva se extiende más allá de naciones individuales. Y
en estas secciones, como ocurre con mucha frecuencia con los profetas,
Isaías describe primero la ruina, pero luego se vuelve hacia la restauración. Finalmente, esta visión se une con el retorno anticipado de los
desterrados de Judá y revela la conexión entre el rescate del pueblo
de Dios y la renovación del buen mundo de Dios:
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