Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 402
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centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho. (Las
antesalas de las entradas que conducían al atrio interior medían cuatro
metros con veinte centímetros de ancho y trece metros con treinta centímetros de largo). La antesala de la puerta sur daba al atrio exterior. Tenía
decoraciones de palmeras en sus columnas y había ocho escalones que
conducían a la entrada.
Luego el hombre me llevó a la puerta oriental que conducía al atrio
interior. La midió y tenía las mismas medidas que las demás puertas. Los
cuartos de vigilancia, las paredes divisorias y la antesala eran del mismo
tamaño que en las otras. También había ventanas en las paredes y en la
antesala. El pasillo de la entrada medía veintiséis metros con cincuenta
centímetros de largo y trece metros con treinta centímetros de ancho. La
antesala daba al atrio exterior. Tenía decoraciones de palmeras en sus columnas y había ocho escalones que conducían a la entrada.
Luego me llevó a la puerta norte que conducía al atrio interior. La midió
y tenía las mismas medidas que las demás puertas. Los cuartos de vigilancia, las paredes divisorias y la antesala de esta entrada medían lo mismo
que en las otras y tenían la misma disposición de ventanas. El pasillo de
la entrada medía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo y
trece metros con treinta centímetros de ancho. La antesala daba al atrio
exterior y tenía decoraciones de palmeras en las columnas; también había
ocho escalones que conducían a la entrada.
En la antesala de una de las entradas interiores, había una puerta que
conducía a una habitación lateral donde se lavaba la carne para los sacrificios. A cada lado de esta antesala había dos mesas, en las cuales se mataban
los animales sacrificiales para las ofrendas quemadas, las ofrendas por el
pecado y las ofrendas por la culpa. Afuera de la antesala, a cada lado de la
escalera que subía hacia la puerta norte, había dos mesas más. De modo
que había en total ocho mesas —cuatro adentro y cuatro afuera— donde
se cortaban y preparaban los sacrificios. También había cuatro mesas de
piedra labrada, que se usaban para preparar las ofrendas quemadas; cada
una formaba un cuadrado de ochenta centímetros de lado y cincuenta y
tres centímetros de alto. Sobre esas mesas se colocaban los cuchillos y
demás utensilios para matar a los animales del sacrificio. Había ganchos
de ocho centímetros de largo, sujetados alrededor de las paredes del vestíbulo, y la carne para los sacrificios se colocaba sobre las mesas.
Dentro del atrio interior había dos habitaciones, una ubicada junto a la
entrada norte, que daba al sur, y la otra ubicada junto a la entrada sur, que
daba al norte. Entonces el hombre me dijo: «La habitación que está junto
a la entrada interior del lado norte es para los sacerdotes que supervisan
el mantenimiento del templo. La habitación junto a la entrada interior del
lado sur es para los sacerdotes encargados del altar —los descendientes de