Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 382
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E ze q uiel
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»Esto también dice el Señor Soberano: pasados los cuarenta años
traeré a los egipcios nuevamente a su patria de entre las naciones donde
fueron esparcidos. Restauraré la prosperidad de Egipto y haré volver a sus
habitantes a la tierra de Patros, en el sur de Egipto, de donde provenían. Sin
embargo, Egipto seguirá siendo un reino menor y sin importancia. Será la
más insignificante de todas las naciones y nunca volverá a destacarse por
encima de las naciones vecinas.
»Entonces Israel ya no tendrá la tentación de confiar en la ayuda de
Egipto. Egipto quedará tan devastado que servirá para recordarle a Israel la
magnitud del pecado que cometió al haber confiado en Egipto en tiempos
pasados. Entonces Israel sabrá que yo soy el Señor Soberano».
El 26 de abril, el primer día del año nuevo, durante el año veintisiete de
cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, el ejército del rey Nabucodonosor de Babilonia combatió tan ferozmente contra Tiro que los guerreros quedaron con la cabeza calva y los
hombros llagados y ampollados; pero ni Nabucodonosor ni su ejército
recibieron botín en recompensa por todo su esfuerzo. Por lo tanto, esto
dice el Señor Soberano: le entregaré el territorio de Egipto a Nabucodonosor, rey de Babilonia. Se llevará la riqueza de Egipto saqueando todo lo
que haya para poder pagarle a su ejército. Así es, le he entregado la tierra
de Egipto como recompensa por su esfuerzo, dice el Señor Soberano,
porque trabajaba para mí cuando destruyó a Tiro.
»Llegará el día cuando haré revivir la antigua gloria de Israel, y por fin,
Ezequiel, respetarán tus palabras. Entonces sabrán que yo soy el Señor».
Este es otro mensaje que recibí del Señor: «Hijo de hombre, profetiza y
comunica este mensaje de parte del Señor Soberano:
»“Lloren y giman
por ese día,
porque ya se acerca el día terrible,
¡el día del Señor!
Será un día de nubes y de penumbra,
un día de desesperación para las naciones.
Vendrá una espada contra Egipto
y los masacrados cubrirán el suelo.
Se llevarán sus riquezas
y destruirán sus cimientos.
La tierra de Etiopía será saqueada.