Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 377
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INMERSIÓN
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P R O F E TA S
27:14-30
»”De Bet-togarmá traían caballos para montar, caballos para carros de
guerra y mulas para cambiarlos por tus mercancías. También te llegaban
mercaderes desde la tierra de Dedán. Tenías el monopolio del mercado
en muchos lugares costeros; te pagaban con colmillos de marfil y madera
de ébano.
»”De Aram enviaban mercaderes para comprar tu gran variedad de artículos. Comerciaban con turquesa, tinturas de púrpura, bordados, lino
fino y joyas de coral y de rubíes. Judá e Israel te ofrecían trigo de Minit,
higos, miel, aceite de oliva y bálsamo a cambio de tus mercancías.
»”De Damasco enviaban mercaderes a comprar tu gran variedad de
artículos, a cambio de vino de Helbón y lana blanca de Zahar. Llegaban
griegos desde Uzal con hierro forjado, canela y cálamo aromático para
cambiar por tus mercancías.
»”Desde Dedán enviaban mercaderes para intercambiar contigo sus
costosas mantas para montura. Los árabes y los príncipes de Cedar enviaban mercaderes para obtener tus mercancías a cambio de corderos, carneros y chivos. Llegaban mercaderes de Saba y Raama para conseguir tus
mercancías a cambio de toda clase de especias, joyas y oro.
»”También de Harán, Cane, Edén, Saba, Asiria y Quilmad llegaban con
sus mercancías. Traían telas de alta calidad para comerciar: tela de color
azul, bordados y alfombras multicolores, enrolladas y atadas con cordeles.
Las naves de Tarsis formaban una caravana acuática. ¡Los depósitos de tu
isla estaban llenos hasta el techo!
»”¡Pero mira! ¡Tus remeros
te han llevado hacia mares tempestuosos!
¡Un poderoso viento oriental
te ha causado destrozos en alta mar!
Has perdido todo:
tus riquezas y tus mercancías,
tus marineros y tus pilotos,
tus constructores de naves, tus mercaderes y tus guerreros.
En el día de tu ruina,
todos a bordo se hundirán en lo profundo del mar.
Tiemblan tus ciudades junto al mar
mientras tus pilotos gritan de terror.
Todos los remeros abandonan sus naves;
los marineros y los pilotos están de pie en la orilla.
Gritan fuerte por ti
y lloran amargamente.
Se echan polvo sobre la cabeza
y se revuelcan en cenizas.