Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 368
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E ze q uiel
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»”Sin embargo, ahora yo bato las palmas con indignación por tus ganancias deshonestas y tu derramamiento de sangre. ¿Qué tan fuerte y valiente
serás en el día del juicio? Yo, el Señor, he hablado y cumpliré lo que he
dicho. Te esparciré por todas las naciones y te limpiaré de tu maldad; y
cuando sea deshonrado entre las naciones a causa de ti, sabrás que yo soy
el Señor”».
Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, los israelitas son
la escoria inservible que queda después de fundir la plata. Son los desechos
que sobran: una mezcla inútil de cobre, estaño, hierro y plomo. Entonces
diles: “Esto dice el Señor Soberano: ‘Dado que todos son escoria inservible, los traeré a mi crisol en Jerusalén. Así como en un horno se funde
plata, cobre, hierro, plomo y estaño, los fundiré a ustedes con el calor de
mi furia. Los reuniré y los soplaré con el fuego de mi enojo, y se fundirán
como la plata en el intenso calor. Entonces sabrán que yo, el Señor, he
derramado mi furia sobre ustedes’”».
Nuevamente recibí un mensaje del Señor: «Hijo de hombre, dale este
mensaje al pueblo de Israel: “En el día de mi indignación, serás como tierra
contaminada, una tierra sin lluvia. Tus príncipes traman conspiraciones
tal como los leones que acechan su presa. Devoran a los inocentes apoderándose de sus tesoros y quitándoles su riqueza mediante la extorsión; y
dejan viudas a muchas mujeres del país. Tus sacerdotes desobedecieron
mis enseñanzas y profanaron mis objetos santos. No hacen ninguna diferencia entre lo que es santo y lo que no es, tampoco enseñan a mi pueblo la
diferencia entre lo que es ceremonialmente puro e impuro. Desprecian mis
días de descanso, de modo que soy deshonrado entre ellos. Tus líderes son
como lobos que despedazan a sus víctimas. ¡En realidad destruyen vidas a
cambio de dinero! Y tus profetas los encubren dando falsas visiones y predicciones mentirosas. Dicen: ‘Mi mensaje proviene del Señor Soberano’,
cuando en realidad el Señor no les ha dicho ni una sola palabra. Hasta
la gente común oprime a los pobres, les roba a los necesitados y priva de
justicia a los extranjeros.
»”Busqué a alguien que pudiera reconstruir la muralla de justicia que
resguarda al país. Busqué a alguien que se pusiera en la brecha de la muralla para que yo no tuviera que destruirlos, pero no encontré a nadie. Por
eso ahora derramaré mi furia sobre ellos y los consumiré con el fuego de
mi enojo. Haré recaer sobre su cabeza todo el castigo por cada uno de sus
pecados. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».