Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 334
INMERSOS EN EZEQUIEL
LAS PROFECÍAS DE EZEQUIEL,
como las de Jeremías, giran en torno a
la amenaza babilónica sobre Judá, que terminó con la destrucción de
Jerusalén. Pero a diferencia de Jeremías, Ezequiel no vivía en Jerusalén.
En lugar de eso, como él mismo dice, estaba en la tierra de Babilonia
y vivía en una «colonia de judíos desterrados en Tel-abib, junto al río
Quebar».
En el año 597 a. C., los babilonios forzaron a Judá a convertirse en
un estado vasallo. Se llevaron al rey Joaquín y a muchos de la élite de
la nación como rehenes al Destierro. Ezequiel pertenecía a una familia
sacerdotal, por lo que estuvo entre esos primeros desterrados. Como
veía el mundo con los ojos de sacerdote relacionado con el templo,
estaba preocupado con los temas de la pureza y la santidad y, especialmente, con la presencia o ausencia de Dios.
El pueblo de Judá supuso erradamente que los desterrados no permanecerían en Babilonia por mucho tiempo. De modo que Dios envió
mensajes a los residentes de Judá y Jerusalén por medio de Jeremías
y a los desterrados en Babilonia por medio de Ezequiel. Los mensajes
de ambos profetas dejan bien en claro que este tiempo de juicio es el
que Dios había prometido hace mucho tiempo atrás.
Ezequiel confirma que Dios continuaría juzgando a Judá por su idolatría y opresión de los débiles. Esas prácticas estaban corrompiendo el
reino de un extremo a otro: todos, desde los líderes políticos y religiosos hasta la gente común, ignoraban las instrucciones de Dios. Ezequiel
es particularmente enfático sobre el fracaso de los líderes de Israel en
cuanto a guiar al pueblo a guardar el pacto con Dios. Como resultado,
Israel es impuro, y Dios va a quitar su presencia de la tierra.
Dios utilizó algunos medios extraordinarios para demostrar que hablaba a través de Ezequiel. Por ejemplo, justo antes de la destrucción
de Jerusalén, le quitó la voz a Ezequiel salvo para las ocasiones en que
debía revelar un mensaje de Dios. Pero luego, justo antes de que la
noticia de la destrucción del templo llegara a los desterrados, Ezequiel
pudo volver a hablar libremente.
A veces, Ezequiel realizaba acciones simbólicas para ilustrar lo que
significaban sus profecías. Por ejemplo, Dios le dijo que abriera un
hueco en una pared y la atravesara con su equipaje a la vista de todos,
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