Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 320
51:13-22
J erem í as
Tú eres una ciudad junto a un gran río,
un gran centro comercial,
pero tu fin ha llegado.
Se cortó el hilo de tu vida.
El Señor de los Ejércitos Celestiales hizo este voto
y lo juró por su propio nombre:
«Tus ciudades se llenarán de enemigos,
como campos plagados de langostas,
y cantarán victoria sobre ti».
El Señor hizo la tierra con su poder
y la preserva con su sabiduría.
Con su propia inteligencia
desplegó los cielos.
Cuando habla en los truenos,
los cielos rugen con lluvia.
Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra.
Envía el relámpago junto con la lluvia
y suelta el viento de sus depósitos.
¡Toda la raza humana es necia y le falta conocimiento!
Los artesanos quedan deshonrados por los ídolos
que hacen,
porque sus obras hechas con tanto esmero son un fraude.
Estos ídolos no tienen ni aliento ni poder.
Los ídolos son inútiles; ¡son mentiras ridículas!
En el día del juicio todos serán destruidos.
¡Pero el Dios de Israel no es ningún ídolo!
Él es el Creador de todo lo que existe,
incluido su pueblo, su posesión más preciada.
¡El Señor de los Ejércitos Celestiales es su
nombre!
«Tú eres mi hacha de guerra y mi espada
—dice el Señor—.
Contigo destrozaré naciones
y destruiré muchos reinos.
Contigo destrozaré ejércitos,
destruiré al caballo y al jinete,
al carro de guerra y al conductor.
Contigo destrozaré a hombres y a mujeres,
a ancianos y a niños,
a muchachos y a jovencitas.
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