Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 302
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J erem í as
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En aquel día, los que el Señor haya masacrado llenarán la tierra de un
extremo a otro. Nadie llorará por ellos ni juntará sus cuerpos para enterrarlos. Estarán esparcidos sobre el suelo como estiércol.
¡Lloren y giman, pastores malvados!
¡Revuélquense en el polvo, líderes del rebaño!
Ha llegado el momento de su matanza;
ustedes caerán y se harán añicos como vaso frágil.
No encontrarán lugar donde esconderse;
no habrá forma de escapar.
Escuchen los gritos desesperados de los pastores.
Los líderes del rebaño gimen en su desesperación
porque el Señor está arruinando sus pastos.
Debido al gran enojo del Señor,
los prados tranquilos se convertirán en tierra baldía.
Él salió de su guarida como un león fuerte en busca de su presa,
y la tierra quedará desolada
por la espada del enemigo
y por la ira feroz del Señor.
El profeta Jeremías recibió del Señor los siguientes mensajes con relación
a las naciones extranjeras.
En el cuarto año del reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, se
dio este mensaje con relación a Egipto. Fue en ocasión de la batalla de
Carquemis cuando Nabucodonosor de Babilonia venció al faraón Necao,
rey de Egipto y a su ejército, junto al río Éufrates.
«¡Preparen sus escudos
y avancen a la batalla!
Ensillen los caballos,
y monten los sementales.
Tomen sus posiciones
y pónganse los cascos.
Afilen las lanzas
y preparen sus armaduras.
Pero ¿qué es lo que veo?
El ejército egipcio huye aterrorizado.
Sus hombres de guerra más valientes corren
sin mirar atrás.
A cada paso se llenan de terror
—dice el Señor—.