Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 280
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J erem í as
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“Me disciplinaste severamente,
como a un becerro que necesita ser entrenado para el yugo.
Hazme volver a ti y restáurame,
porque solo tú eres el Señor mi Dios.
Me aparté de Dios,
pero después tuve remordimiento.
¡Me di golpes por haber sido tan estúpido!
Estaba profundamente avergonzado por todo lo que hice en los días
de mi juventud”.
»¿No es aún Israel mi hijo,
mi hijo querido? —dice el Señor—.
A menudo tengo que castigarlo,
pero aun así lo amo.
Por eso mi corazón lo anhela
y ciertamente le tendré misericordia.
Pon señales en el camino;
coloca postes indicadores.
Marca bien el camino
por el que viniste.
Regresa otra vez, mi virgen Israel;
regresa aquí a tus ciudades.
¿Hasta cuándo vagarás,
mi hija descarriada?
Pues el Señor hará que algo nuevo suceda:
Israel abrazará a su Dios».
Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «Cuando
los traiga de regreso del cautiverio, el pueblo de Judá y sus ciudades volverán
a decir: “¡El Señor te bendiga, oh casa de rectitud, oh monte santo!”. Tanto
la gente de la ciudad como los agricultores y los pastores vivirán juntos en
paz y felicidad. Pues le he dado descanso al fatigado y al afligido, alegría».
Al oír esto, me desperté y miré a mi alrededor. Mi sueño había sido muy
dulce.
«Se acerca el día —dice el Señor—, cuando aumentaré en gran manera la población humana y el número de los animales en Israel y Judá.
En el pasado con determinación desarraigué y derribé a esta nación. La
derroqué, la destruí y sobre ella traje el desastre; pero en el futuro con la
misma determinación la plantaré y la edificaré. ¡Yo, el Señor, he hablado!
»El pueblo ya no citará este proverbio:
“Los padres comieron uvas agrias,
pero la boca de sus hijos se frunce por el sabor”.