Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 257
244
INMERSIÓN
•
P R O F E TA S
17:21–18:12
Jerusalén. Esto dice el Señor: ‘¡Escuchen mi advertencia! No comercien
más en las puertas de Jerusalén en el día de descanso. No trabajen en el
día de descanso, sino hagan que sea un día sagrado. Yo les di este mandato
a sus antepasados, pero ellos no escucharon ni obedecieron. Tercamente
rehusaron prestar atención o recibir mi disciplina.
»”’Pero si me obedecen, dice el Señor, y no comercian en las puertas
ni trabajan en el día de descanso, y si lo guardan como día sagrado, entonces los reyes y sus funcionarios entrarán y saldrán para siempre por estas
puertas. Siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí
en Jerusalén. Los reyes y sus funcionarios siempre entrarán y saldrán en
carros y a caballo por entre la gente de Judá, y esta ciudad permanecerá
para siempre. Desde todas partes de Jerusalén, desde las ciudades de Judá
y Benjamín, desde las colinas occidentales y la zona montañosa, y del Neguev vendrá gente con sus ofrendas quemadas y sus sacrificios. Traerán sus
ofrendas de grano, incienso y las ofrendas de acción de gracias al templo
del Señor.
»”’Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado
el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego
se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes’”».
El Señor le dio otro mensaje a Jeremías: «Baja al taller del alfarero y allí te
hablaré». Así que hice lo que me dijo y encontré al alfarero trabajando en
el torno; pero la vasija que estaba formando no resultó como él esperaba,
así que la aplastó y comenzó de nuevo.
Después el Señor me dio este mensaje: «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer
contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera
que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos. Si anuncio
que voy a desarraigar, a derribar y a destruir a cierta nación o a cierto reino,
pero luego esa nación renuncia a sus malos caminos, no la destruiré como
lo había planeado. Y si anuncio que plantaré y edificaré a cierta nación o
a cierto reino, pero después esa nación hace lo malo y se niega a obedecerme, no la bendeciré como dije que lo haría.
»Por lo tanto, Jeremías, advierte a todo Judá y a Jerusalén y diles: “Esto
dice el Señor: ‘En vez de algo bueno, les tengo preparado un desastre.
Así que cada uno de ustedes abandone sus malos caminos y haga lo
correcto’”».
Sin embargo, el pueblo respondió: «No gastes saliva. Continuaremos
viviendo como se nos antoja y con terquedad seguiremos nuestros propios
malos deseos».