Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 226
4:1-8
J erem í as
porque tanto nosotros como nuestros antepasados hemos pecado
contra el Señor nuestro Dios.
Desde la niñez hasta el día de hoy
nunca lo hemos obedecido».
«¡Oh, Israel! —dice el Señor—,
si quisieras, podrías volver a mí.
Podrías desechar tus ídolos detestables
y no alejarte nunca más.
Después, cuando jures por mi nombre diciendo:
“Tan cierto como que el Señor vive”,
lo podrías hacer
con verdad, justicia y rectitud.
Entonces serías una bendición a las naciones del mundo,
y todos los pueblos vendrían y alabarían mi nombre».
Esto dice el Señor a la gente de Judá y de Jerusalén:
«¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones!
No desperdicien la buena semilla entre los espinos.
Oh habitantes de Judá y de Jerusalén,
renuncien a su orgullo y a su poder.
Cambien la actitud del corazón ante el Señor,
o mi enojo arderá como fuego insaciable
debido a todos sus pecados.
»¡Griten a la gente de Judá y proclamen a los de Jerusalén!
Díganles que toquen alarma en toda la tierra:
“¡Corran y salven sus vidas!
¡Huyan a las ciudades fortificadas!”.
Levanten una bandera de señales como una advertencia para
Jerusalén:
“¡Huyan de inmediato! ¡No se demoren!”.
Pues desde el norte traigo
una terrible destrucción sobre ustedes».
Desde su guarida un león acecha,
un destructor de naciones.
Ha salido de su guarida y se dirige hacia ustedes.
¡Arrasará su tierra!
Sus ciudades quedarán en ruinas,
y ya nadie vivirá en ellas.
Así que póngase ropa de luto
y lloren con el corazón destrozado,
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