Inmersion Profetas NTV - Flipbook - Página 122
30:19-29
I sa í as
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Pues el Señor es un Dios fiel.
Benditos son los que esperan su ayuda.
Oh pueblo de Sión, que vives en Jerusalén,
ya no llorarás más.
Él será compasivo si le pides ayuda;
sin ninguna duda, él responderá a los clamores.
Aunque el Señor te dio a comer adversidad
y a beber sufrimiento,
él seguirá contigo a fin de enseñarte;
verás a tu maestro con tus propios ojos.
Tus oídos lo escucharán.
Detrás de ti, una voz dirá:
«Este es el camino por el que debes ir»,
ya sea a la derecha o a la izquierda.
Entonces destruirás todos tus ídolos de plata
y tus valiosas imágenes de oro.
Los desecharás como trapos sucios,
y les dirás: «¡Adiós y hasta nunca!».
Entonces el Señor te bendecirá con lluvia durante el tiempo de la siembra. Habrá cosechas maravillosas y muchos pastizales para tus animales.
Los bueyes y los burros que cultivan los campos comerán buen grano, y
el viento llevará la paja. En aquel día, cuando tus enemigos sean masacrados y caigan las torres, descenderán corrientes de agua de cada monte y
colina. La luna será tan resplandeciente como el sol, y el sol brillará siete
veces más, como la luz de siete días en uno solo. Así será cuando el Señor
comience a sanar a su pueblo y a curar las heridas que le hizo.
¡Miren! El Señor viene desde muy lejos,
ardiendo de enojo,
rodeado de un humo espeso que sube.
Sus labios están llenos de furia;
sus palabras consumen como el fuego.
Su ardiente aliento fluye como una inundación
hasta el cuello de sus enemigos.
Él zarandeará a las naciones soberbias para destrucción;
les pondrá el freno en la boca y las llevará a la ruina.
Sin embargo, el pueblo de Dios entonará una canción de alegría,
como los cantos de los festivales sagrados.
Estarás lleno de alegría,
como cuando un flautista dirige a un grupo de peregrinos
a Jerusalén, el monte del Señor,