Inmersion Poetas - Flipbook - Page 42
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S almos
La voz del Señor es potente;
la voz del Señor es majestuosa.
La voz del Señor parte los enormes cedros;
el Señor hace pedazos los cedros del Líbano.
Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano;
hace saltar el monte Hermón como a un buey joven y salvaje.
La voz del Señor resuena
con relámpagos.
La voz del Señor hace temblar al lugar desolado;
el Señor sacude el desierto de Cades.
La voz del Señor retuerce los fuertes robles
y desnuda los bosques.
En su templo todos gritan: «¡Gloria!».
El Señor gobierna las aguas de la inundación;
el Señor gobierna como rey para siempre.
El Señor le da fuerza a su pueblo;
el Señor lo bendice con paz.
SALMO 30
Salmo de David. Cántico para la dedicación del templo.
Te exaltaré, Señor, porque me rescataste;
no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.
Oh Señor mi Dios, clamé a ti por ayuda,
y me devolviste la salud.
Me levantaste de la tumba, oh Señor;
me libraste de caer en la fosa de la muerte.
¡Canten al Señor, ustedes los justos!
Alaben su santo nombre.
Pues su ira dura solo un instante,
¡pero su favor perdura toda una vida!
El llanto podrá durar toda la noche,
pero con la mañana llega la alegría.
Cuando yo tenía prosperidad, decía:
«¡Ahora nada puede detenerme!».
Tu favor, oh Señor, me hizo tan firme como una montaña;
después te apartaste de mí, y quedé destrozado.
A ti clamé, oh Señor.
Le supliqué al Señor que tuviera misericordia,
diciéndole:
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