Inmersion Poetas - Flipbook - Page 280
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E clesiast é s
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El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra;
si contempla cada nube, nunca cosecha.
Así como no puedes entender el rumbo que toma el viento ni el misterio
de cómo crece un bebecito en el vientre de su madre, tampoco puedes
entender cómo actúa D
ios, quien hace todas las cosas.
Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar
porque no sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra, o quizás de ambas.
La luz es agradable; qué hermoso es ver el amanecer de un nuevo día.
Si alguien llega a la ancianidad, que disfrute de cada día de vida; pero
que también recuerde que habrá muchos días oscuros. Todo lo que aún
vendrá carece de sentido.
Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de
ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden
que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan. Así que
dejen de preocuparse y mantengan un cuerpo sano; pero tengan presente
que la juventud —con toda la vida por delante— no tiene sentido.
No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador.
Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La
vida ya no es agradable». Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la
luna y de las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras
oscurezcan para siempre tu cielo. Acuérdate de él antes de que tus piernas —guardianas de tu casa— empiecen a temblar, y tus hombros —los
guerreros fuertes— se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes
—esos pocos sirvientes que te quedan— dejen de moler, y tus pupilas
—las que miran por las ventanas— ya no vean con claridad.
Acuérdate de él antes de que la puerta de las oportunidades de la vida se
cierre y disminuya el sonido de la actividad diaria. Ahora te levantas con
el primer canto de los pájaros, pero un día todos esos trinos apenas serán
perceptibles.
Acuérdate de él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de
los peligros de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un
almendro en flor y arrastres los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el deseo sexual. Acuérdate de él antes
de que te falte poco para llegar a la tumba —tu hogar eterno— donde los
que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro.
Sí, acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes de que se rompa