Inmersion Poetas - Flipbook - Page 190
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L amentaciones
Señor, tú oíste los nombres repugnantes con los que me llaman
y conoces los planes que hicieron.
Mis enemigos susurran y hablan entre dientes
mientras conspiran contra mí todo el día.
¡Míralos! Estén sentados o de pie,
yo soy el objeto de sus canciones burlonas.
Señor, dales su merecido
por todo lo malo que han hecho.
¡Dales corazones duros y tercos,
y después, que tu maldición caiga sobre ellos!
Persíguelos en tu enojo
y destrúyelos bajo los cielos del Señor.
¡Cómo perdió su brillo el oro!
Hasta el oro más preciado se volvió opaco.
¡Las piedras preciosas sagradas
yacen esparcidas en las calles!
Miren cómo los preciosos hijos de Jerusalén,
que valen su peso en oro puro,
ahora son tratados como vasijas de barro
hechas por un alfarero común y corriente.
Hasta los chacales amamantan a sus cachorros,
pero mi pueblo Israel no lo hace;
ignoran los llantos de sus hijos,
como los avestruces del desierto.
La lengua reseca de sus pequeños
se pega al paladar a causa de la sed.
Los niños lloran por pan,
pero nadie tiene para darles.
Los que antes comían los manjares más ricos
ahora mendigan en las calles por cualquier cosa que puedan
obtener.
Los que antes vestían ropa de la más alta calidad
ahora hurgan en los basureros buscando qué comer.
La culpa de mi pueblo
es mayor que la de Sodoma,
donde, en un instante, cayó el desastre total
y nadie ofreció ayuda.
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