SALMOSLibro PrimeroSALMOS 1–41SALMO 1Qué alegría para los queno siguen el consejo de malos,ni andan con pecadores,ni se juntan con burlones,sino que se deleitan en la ley del Señormeditando en ella día y noche.Son como árboles plantados a la orilla de un río,que siempre dan fruto en su tiempo.Sus hojas nunca se marchitan,y prosperan en todo lo que hacen.¡No sucede lo mismo con los malos!Son como paja inútil que esparce el viento.Serán condenados cuando llegue el juicio;los pecadores no tendrán lugar entre los justos.Pues el Señor cuida el sendero de los justos,pero la senda de los malos lleva a la destrucción.SALMO 2¿Por qué están tan enojadas las naciones?¿Por qué pierden el tiempo en planes inútiles?Los reyes de la tierra se preparan para la batalla;los gobernantes conspiran juntosen contra del Señory en contra de su ungido.«¡Rompamos las cadenas! —gritan—,¡y liberémonos de ser esclavos de Dios!».3
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