Inmersion Poetas - Flipbook - Page 136
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S almos
Rescata ahora a tu pueblo amado;
respóndenos y sálvanos con tu poder.
Por su santidad, Dios ha prometido:
«Dividiré a Siquem con alegría
y mediré el valle de Sucot.
Galaad es mío,
y también Manasés.
Efraín, mi casco, producirá mis guerreros,
y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.
Pero Moab, mi lavamanos, se convertirá en mi siervo,
y sobre Edom me limpiaré los pies,
y gritaré triunfante sobre Filistea».
¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me dará la victoria sobre Edom?
¿Nos has rechazado, oh Dios?
¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?
Por favor, ayúdanos contra nuestros enemigos,
porque toda la ayuda humana es inútil.
Con la ayuda de Dios, haremos cosas poderosas,
pues él pisoteará a nuestros enemigos.
SALMO 109
Para el director del coro: salmo de David.
Oh Dios, a quien alabo,
no te quedes distante y callado
mientras los perversos me calumnian
y dicen mentiras acerca de mí.
Me rodean con palabras de odio
y sin razón pelean contra mí.
Yo los amo, pero ellos tratan de destruirme con acusaciones,
¡incluso mientras oro por ellos!
Me devuelven mal por bien
y odio a cambio de mi amor.
Dicen: «Consigan a un malvado para que se ponga en su contra;
envíen a un acusador para que lo lleve a juicio.
Cuando llegue el momento de juzgar su caso,
que lo declaren culpable.
Tomen como pecados sus oraciones.
Que sean pocos sus años;
que otro tome su lugar.
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