Inmersion Poetas - Flipbook - Page 106
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S almos
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persíguelos con tu tormenta feroz;
atérralos con tu tempestad.
Desacredítalos por completo
hasta que se sometan a tu nombre, oh Señor.
Que sean avergonzados y aterrorizados para siempre;
que mueran en deshonra.
Entonces aprenderán que solo tú te llamas el Señor,
que solo tú eres el Altísimo,
supremo sobre toda la tierra.
SALMO 84
Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré; acompáñese con instrumento de cuerda.
¡Qué bella es tu morada,
oh Señor de los Ejércitos Celestiales!
Anhelo y hasta desfallezco de deseo
por entrar en los atrios del Señor.
Con todo mi ser, mi cuerpo y mi alma,
gritaré con alegría al Dios viviente.
Hasta el gorrión encuentra un hogar
y la golondrina construye su nido y cría a sus polluelos
cerca de tu altar,
¡oh Señor de los Ejércitos Celestiales, mi Rey y
mi Dios!
¡Qué alegría para los que pueden vivir en tu casa
cantando siempre tus alabanzas!
Interludio
¡Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor,
los que se proponen caminar hasta Jerusalén!
Cuando anden por el Valle del Llanto,
se convertirá en un lugar de manantiales refrescantes;
las lluvias de otoño lo cubrirán de bendiciones.
Ellos se harán cada vez más fuertes,
y cada uno se presentará delante de Dios en Jerusalén.
Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales, oye mi oración;
escucha, oh Dios de Jacob.
Interludio
¡Oh Dios, mira con favor al rey, nuestro escudo!
Muestra bondad a quien has ungido.
Un solo día en tus atrios
¡es mejor que mil en cualquier otro lugar!