Inmersion Origenes - Flipbook - Página 90
76
INMERSIÓN
•
ORÍGENES
44:17–45:2
—No —dijo José—. ¡Yo jamás haría algo así! Solo el hombre que robó
la copa será mi esclavo. Los demás pueden volver en paz a la casa de su
padre.
Entonces Judá dio un paso adelante y dijo:
—Por favor, mi señor, permita que su siervo le hable tan solo unas palabras. Le ruego que no se enoje conmigo, a pesar de ser usted tan poderoso
como el faraón mismo.
»Mi señor, anteriormente nos preguntó a nosotros, sus siervos: “¿Tienen un padre o un hermano?”. Y nosotros respondimos: “Sí, mi señor, tenemos un padre que ya es anciano, y su hijo menor le nació en la vejez.
Su hermano de padre y madre murió y él es el único hijo que queda de su
madre, y su padre lo ama mucho”.
»Usted nos dijo: “Tráiganlo aquí para que lo vea con mis propios ojos”.
Pero nosotros le dijimos a usted: “Mi señor, el muchacho no puede dejar
a su padre, porque su padre moriría”. Pero usted nos dijo: “A menos que su
hermano menor venga con ustedes, nunca más volverán a ver mi rostro”.
»Entonces regresamos a la casa de su siervo, nuestro padre, y le dijimos
lo que usted nos había dicho. Tiempo después, cuando él nos dijo que
regresáramos a comprar más alimento, le respondimos: “No podemos ir a
menos que permitas que nuestro hermano menor nos acompañe. Nunca
llegaremos a ver el rostro del hombre a menos que nuestro hermano
menor esté con nosotros”.
»Entonces mi padre nos dijo: “Como ya saben, mi esposa tuvo dos
hijos, y uno de ellos se fue y nunca más regresó. Sin duda, fue despedazado
por algún animal salvaje, y no he vuelto a verlo. Si ahora alejan de mí a su
hermano y él sufre algún daño, ustedes mandarán a la tumba a este hombre
entristecido y canoso”.
»Y ahora, mi señor, no puedo regresar a la casa de mi padre sin el muchacho. La vida de nuestro padre está ligada a la vida del muchacho. Si
nuestro padre ve que el muchacho no está con nosotros, morirá. Nosotros,
sus siervos, ciertamente seremos responsables de haber enviado a la tumba
a ese hombre entristecido y canoso. Mi señor, yo le garanticé a mi padre
que me haría cargo del muchacho. Le dije que, si no lo llevaba de regreso,
yo cargaría con la culpa para siempre.
»Por favor, mi señor, permita que yo me quede aquí como esclavo en
lugar del muchacho, y deje que el muchacho regrese con sus hermanos.
Pues, ¿cómo podré regresar y ver a mi padre si el muchacho no está conmigo? ¡No podría soportar ver la angustia que le provocaría a mi padre!
José ya no pudo contenerse. Había mucha gente en la sala, y él les dijo a
sus asistentes: «¡Salgan todos de aquí!». Así que estuvo a solas con sus
hermanos en el momento de decirles quién era. Entonces perdió el control
InmersionOrigenes_NTV.indd 76
10/12/2017 10:05:45 AM