Inmersion Origenes - Flipbook - Página 70
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INMERSIÓN
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ORÍGENES
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casa e hizo cobertizos para su ganado. Por eso aquel lugar se llamó Sucot
(que significa «cobertizos»).
Después de viajar todo el trayecto desde Padán-aram, Jacob llegó sano y
salvo a la ciudad de Siquem, en la t ierra de Canaán. Una vez allí, estableció
su campamento fuera de la ciudad. La parcela donde acampó la compró a
la familia de Hamor, el padre de Siquem, por cien monedas de plata. Y allí
edificó un altar y le puso por nombre El-Elohe-Israel.
Cierto día, Dina, la hija de Jacob y Lea, fue a visitar a unas jóvenes que
vivían en la región. Cuando el príncipe del lugar, Siquem, hijo de Hamor
el heveo, vio a Dina, la tomó a la fuerza y la violó. Sin embargo, luego
se enamoró de ella e intentó ganarse su cariño con palabras tiernas. Le
dijo a su padre Hamor: «Consígueme a esta joven pues quiero casarme
con ella».
Entonces Jacob se enteró de que Siquem había deshonrado a su hija
Dina, pero como sus hijos estaban en el campo cuidando sus animales, él
no dijo nada hasta que regresaron. Hamor, el padre de Siquem, fue a hablar
del asunto con Jacob. Mientras tanto, los hijos de Jacob, al enterarse de lo
ocurrido, regresaron del campo de inmediato. Quedaron horrorizados y
llenos de furia cuando supieron que su hermana había sido violada. Siquem había cometido un acto vergonzoso contra la familia de Jacob, algo
que nunca debió haber hecho.
Hamor habló con Jacob y con sus hijos:
—Mi hijo Siquem está verdaderamente enamorado de su hija —dijo—.
Por favor, permítanle casarse con ella. De hecho, formemos también otros
matrimonios: ustedes nos entregan a sus hijas para nuestros hijos, y nosotros les entregaremos a nuestras hijas para los hijos de ustedes. Todos
ustedes pueden vivir entre nosotros; ¡la t ierra está a su disposición! Establézcanse aquí y comercien con nosotros, y siéntanse en libertad de comprar propiedades en la región.
El propio Siquem también habló con el padre de Dina y con sus hermanos:
—Por favor, sean bondadosos conmigo y permitan que me case con ella
—les suplicó—. Yo les daré cualquier cosa que me pidan. Sea cual fuere la
dote o el regalo que exijan, lo pagaré de buena gana; solo les pido que me
entreguen a la muchacha como esposa.
Pero como Siquem había deshonrado a la hermana de ellos, Dina, los
hijos de Jacob respondieron con engaño a Siquem y a Hamor, su padre.
Les dijeron:
—De ninguna manera podemos permitirlo, porque tú no has sido
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