Inmersion Origenes - Flipbook - Página 68
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INMERSIÓN
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ORÍGENES
32:17-32
Luego dijo a estos siervos: «Vayan delante de mí con los animales, pero
guarden una buena distancia entre las manadas».
A los hombres que dirigían el primer grupo les dio las siguientes instrucciones: «Cuando mi hermano Esaú se encuentre con ustedes, él les
preguntará: “¿De quién son siervos? ¿Adónde van? ¿Quién es el dueño
de estos animales?”. Entonces deben contestar: “Pertenecen a su servidor Jacob, pero son un regalo para su señor Esaú. Mire, él viene detrás de
nosotros”».
Jacob dio las mismas instrucciones a los siervos a cargo del segundo y
tercer grupo, y a todos los que iban detrás de las manadas: «Cuando se
encuentren con Esaú, deben responder lo mismo, y asegúrense de decirle:
“Mire, su servidor Jacob viene detrás de nosotros”».
Jacob pensó: «Intentaré apaciguarlo enviando regalos antes de mi llegada, y cuando me encuentre con él en persona, quizá me reciba con bondad». Así que los regalos fueron enviados por delante, y Jacob pasó la
noche en el campamento.
Durante la noche, Jacob se levantó y tomó a sus dos esposas, a sus dos
mujeres esclavas y a sus once hijos, y cruzó el río Jaboc con ellos. Después
de llevarlos a la otra orilla, hizo pasar todas sus pertenencias.
Entonces Jacob se quedó solo en el campamento, y llegó un hombre y
luchó con él hasta el amanecer. Cuando el hombre vio que no ganaría el
combate, tocó la cadera de Jacob y la dislocó. Luego el hombre le dijo:
—¡Déjame ir, pues ya amanece!
—No te dejaré ir a menos que me bendigas —le dijo Jacob.
—¿Cómo te llamas? —preguntó el hombre.
—Jacob —contestó él.
—Tu nombre ya no será Jacob —le dijo el hombre—. De ahora en adelante, serás llamado Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
—Por favor, dime cuál es tu nombre —le dijo Jacob.
—¿Por qué quieres saber mi nombre? —respondió el hombre. Entonces bendijo a Jacob allí.
Jacob llamó a aquel lugar Peniel (que significa «rostro de Dios»), porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y sin embargo, conservo la vida».
El sol salía cuando Jacob dejó Peniel y se fue cojeando debido a su cadera
dislocada. (Hasta el día de hoy, el pueblo de Israel no come del tendón que
está cerca de la articulación de la cadera, debido a lo que o currió aquella
noche cuando el hombre torció el tendón de la cadera de Jacob).
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