Inmersion Origenes - Flipbook - Página 337
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D euteronomio
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»Si alguno secuestra a otro israelita y lo trata como esclavo o lo vende,
el criminal deberá morir. De ese modo, limpiarás la maldad que haya en
medio de ti.
»En todos los casos relacionados con enfermedades graves de la piel,
asegúrate de seguir las instrucciones de los sacerdotes levitas; obedece
todos los mandatos que les di. Acuérdate de lo que el Señor tu Dios le
hizo a Miriam cuando saliste de Egipto.
»Si le prestas algo a tu vecino, no entres en su casa para tomar el objeto
que tiene que darte como garantía. Debes esperar afuera hasta que él entre
y te lo traiga. Si tu vecino es pobre y te da su abrigo como garantía por un
préstamo, no retengas la prenda durante la noche. Devuélvela a su dueño
antes de que caiga el sol, para que pueda abrigarse durante la noche y te
bendiga; y el Señor tu D
ios te considerará justo.
»Jamás te aproveches de los obreros pobres y desamparados, ya sean
hermanos israelitas o extranjeros que vivan en tu ciudad. Debes pagarles
lo que les c orresponde al final del día, antes de que caiga el sol, porque son
pobres y cuentan con esa paga para vivir. De lo contrario, ellos podrían
clamar al S eñor en tu contra, y tú serías culpable de pecado.
»Los padres no deben morir por los pecados de los hijos, ni los hijos
deben morir por los pecados de los padres. Los que merezcan la muerte
serán ejecutados por sus propios delitos.
»Debes actuar con justicia con los huérfanos y con los extranjeros que
vivan en tu tierra, y nunca aceptes la ropa de una viuda como garantía por
su deuda. Recuerda siempre que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor
tu Dios te rescató de la esclavitud. Es por eso que te doy este mandato.
»Cuando estés juntando la cosecha y olvides un atado de grano en el
campo, no regreses a buscarlo. Déjalo allí para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que
hagas. Cuando sacudas los olivos para que caigan las aceitunas, no pases
por las mismas ramas dos veces. Deja las aceitunas que quedan en el árbol
para los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Cuando coseches las uvas
de tu viñedo, no repases las vides. Deja los racimos que quedan para los
extranjeros, los huérfanos y las viudas. Recuerda que fuiste esclavo en la
tierra de Egipto. Es por eso que te doy este mandato.
»Supongamos que dos personas llevan un altercado ante el tribunal, y
los jueces declaran que una tiene razón y que la otra está equivocada. Si a
la persona que está equivocada la condenan a ser azotada, el juez deberá
ordenarle que se ponga en el piso y reciba, en su presencia, la cantidad de
azotes correspondientes al delito que cometió. Pero nunca le den más de
cuarenta azotes; más de cuarenta azotes sería una humillación pública para
tu hermano israelita.
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