Inmersion Origenes - Flipbook - Página 313
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D euteronomio
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»En el futuro tus hijos te preguntarán: “¿Qué significan estas leyes,
estos decretos y estas ordenanzas que el Señor nuestro Dios nos mandó
obedecer?”.
»Entonces tú les dirás: “Nosotros éramos esclavos del faraón en la t ierra
de Egipto, pero el S eñor nos sacó de Egipto con su mano poderosa. El
Señor hizo señales milagrosas y maravillas ante nuestros ojos, envió castigos terribles contra Egipto, contra el faraón y contra todo su pueblo. Nos
sacó de Egipto para entregarnos esta tierra que había jurado darles a nuestros antepasados. Entonces el Señor nuestro Dios nos ordenó obedecer
todos estos decretos y temerlo a él, para que siguiera bendiciéndonos y
preservara nuestra vida como lo ha hecho hasta el día de hoy. Pues cuando
obedezcamos todos los mandatos que el S eñor nuestro D
ios nos ha dado,
entonces se nos considerará justos”.
»Cuando el Señor tu Dios te lleve dentro de la tierra donde estás a punto
de entrar y que vas a poseer, él te abrirá camino quitando de tu paso a
muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los a morreos, los cananeos,
los ferezeos, los heveos y los jebuseos. Esas siete naciones son más fuertes
y numerosas que tú. Cuando el S eñor tu Dios las entregue en tus manos
y las conquistes, debes destruirlas por completo. No hagas tratados con
ellas ni les tengas compasión. No te unas en matrimonio con su gente. No
permitas que tus hijas ni tus hijos se casen con los hijos o las hijas de esas
naciones, porque ellos harán que tus hijos y tus hijas se aparten de mí para
rendir culto a otros dioses. Entonces el enojo del S eñor arderá contra ti,
y pronto te destruirá. Lo que tienes que hacer es destruir sus altares paganos, hacer pedazos sus columnas sagradas, derribar sus postes dedicados
a la diosa Asera y quemar sus ídolos. Pues tú eres un pueblo santo porque
perteneces al Señor tu Dios. De todos los pueblos de la tierra, el Señor
tu Dios te eligió a ti para que seas su tesoro especial.
»El S eñor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más
numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas!
Más bien, fue sencillamente porque el Señor te ama y estaba cumpliendo
el juramento que les había hecho a tus antepasados. Por eso te rescató
con mano poderosa de la esclavitud y de la mano opresiva del faraón, rey
de Egipto. Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu D
ios es verdaderamente D
ios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y
derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos. Pero no duda en castigar ni en destruir a quienes lo rechazan. Por
lo tanto, obedece todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que
te entrego hoy.
»Si prestas atención a estas ordenanzas y las obedeces con fidelidad, el
Señor tu Dios cumplirá su pacto de amor inagotable contigo, tal como lo
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