Inmersion Origenes - Flipbook - Página 311
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D euteronomio
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»Guarda el día de descanso al mantenerlo santo, tal como te lo ordenó
el Señor tu Dios. Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo
habitual, pero el séptimo día es de descanso y está dedicado al Señor
tu Dios. Ese día, ningún miembro de tu casa hará trabajo alguno. Esto
se refiere a ti, a tus hijos e hijas, tus siervos y siervas, tus bueyes, burros
y demás animales, y también incluye a los extranjeros que vivan entre
ustedes. Todos tus criados y criadas deberán descansar igual que tú.
Recuerda que tú también fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu
Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por esa razón,
el Señor tu Dios te ordenó descansar el séptimo día.
»Honra a tu padre y a tu madre tal como el Señor tu Dios te lo ordenó.
Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu
Dios te da.
»No cometas asesinato.
»No cometas adulterio.
»No robes.
»No des falso testimonio contra tu prójimo.
»No codicies la esposa de tu prójimo. Tampoco codicies la casa de tu
prójimo ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su burro, ni
ninguna otra cosa que le pertenezca.
»El Señor les dirigió esas palabras a todos ustedes cuando estaban reunidos al pie del monte. Habló con voz fuerte desde en medio del fuego,
envuelto en nubes y una densa oscuridad. Eso fue todo lo que dijo en ese
momento y escribió sus palabras en dos tablas de piedra y me las dio.
»Sin embargo, cuando ustedes escucharon la voz que salía de en medio
de la oscuridad mientras el monte ardía en llamas, todos los ancianos y
los jefes de las tribus se acercaron y me dijeron: “Mira, el Señor nuestro
Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz salir
de en medio del fuego. Hoy comprobamos que D
ios puede hablar con los
seres humanos, ¡pero aun así seguimos con vida! Sin embargo, ¿para qué
arriesgarnos otra vez a morir? Si el S eñor nuestro Dios vuelve a hablarnos,
seguramente moriremos y seremos consumidos por ese imponente fuego.
¿Puede algún ser vivo oír la voz del Dios viviente que sale de en medio del
fuego —como la oímos nosotros— y seguir con vida? Ve tú y escucha lo
que dice el Señor nuestro Dios. Luego ven a contarnos todo lo que él te
diga, y nosotros escucharemos y obedeceremos”.
»El Señor oyó la petición que me hicieron y dijo: “He oído todo lo que
los israelitas te dijeron, y tienen razón. ¡Oh, si siempre tuvieran un corazón
así, si estuvieran dispuestos a temerme y a obedecer todos mis mandatos!
Entonces siempre les iría bien a ellos y a sus descendientes. Ve y diles:
‘Regresen a sus carpas’. Pero tú quédate aquí conmigo, para que te dé todos
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