Inmersion Origenes - Flipbook - Página 303
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D euteronomio
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»Pero yo les dije: “¡No se asusten ni les tengan miedo! El S eñor su D
ios
va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en
Egipto. También vieron cómo el Señor su Dios los cuidó todo el tiempo
que anduvieron por el desierto, igual que un padre cuida de sus hijos; y
ahora los trajo hasta este lugar”.
»Pero aun después de todo lo que él hizo, ustedes se negaron a confiar
en el Señor su Dios, quien va delante de ustedes buscando los mejores
lugares para que acampen, y guiándolos, de noche con una columna de
fuego y de día con una columna de nube.
»Cuando el Señor oyó que se quejaban, se enojó mucho y entonces
juró solemnemente: “Ninguno de esta generación perversa vivirá para ver
la buena t ierra que juré dar a sus antepasados, excepto Caleb, el hijo de
Jefone. Él verá la t ierra porque siguió al S eñor en todo. Les daré a él y a sus
descendientes parte de esa misma tierra que exploró durante su misión”.
»Además, el Señor se enojó conmigo por culpa de ustedes. Me dijo:
“Moisés, ¡tú tampoco entrarás en la T
ierra Prometida! En cambio, será tu
ayudante Josué, hijo de Nun, quien guiará al pueblo hasta llegar a la tierra.
Anímalo, porque él irá al frente cuando los israelitas tomen posesión de
ella. Daré la tierra a los pequeños del pueblo, a los niños inocentes. Ustedes
tenían miedo de que los pequeños fueran capturados, pero serán ellos los
que entrarán a poseerla. En cuanto a ustedes, den la vuelta y regresen por
el desierto hacia el mar Rojo”.
»Luego ustedes confesaron: “¡Hemos pecado contra el S eñor! Ahora
iremos y pelearemos por la tierra como el Señor nuestro Dios nos lo ordenó”. Entonces los hombres tomaron sus armas porque pensaron que
sería fácil atacar la zona montañosa.
»Pero el Señor me encargó que les dijera: “No ataquen, porque yo
no estoy con ustedes. Si insisten en ir solos, serán aplastados por sus
enemigos”.
»Eso fue lo que les dije, pero ustedes no quisieron escuchar. En cambio,
se rebelaron otra vez contra la orden del S eñor y marcharon con arrogancia a la zona montañosa para pelear. Entonces los amorreos que vivían
allí salieron a atacarlos como un enjambre de abejas. Los persiguieron y
los vencieron por todo el camino desde Seir hasta Horma. Luego ustedes
regresaron y lloraron ante el Señor, pero él se negó a escucharlos. Por eso
se quedaron en Cades por mucho tiempo.
»Luego dimos la vuelta y regresamos por el desierto hacia el mar Rojo,
tal como el Señor me había indicado y, durante mucho tiempo, anduvimos de un lugar a otro en la región del monte Seir.
»Finalmente el Señor me dijo: “Ya han estado vagando lo suficiente por
esta zona montañosa; ahora diríjanse al norte. También da las siguientes
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