Inmersion Origenes - Flipbook - Página 296
282
INMERSIÓN
•
ORÍGENES
35:22–36:3
En tales casos, el vengador tiene que quitarle la vida al asesino cuando se
encuentren.
»Ahora bien, supongamos que alguien empuja a otro sin enemistad previa, o lanza algo que, sin intención, golpea a otro, o por accidente deja caer
una piedra grande sobre alguien y, aunque no eran enemigos, la persona
muere. Si esto llegara a suceder, la comunidad debe seguir las siguientes
normas al juzgar entre el responsable de la muerte y el vengador, el p ariente
más cercano de la víctima. La comunidad debe proteger al responsable de
la muerte del vengador y debe escoltarlo para que regrese a vivir en la ciudad de refugio a la que huyó. Allí permanecerá hasta la muerte del sumo
sacerdote, que fue ungido con el aceite sagrado.
»Sin embargo, si el responsable de la muerte alguna vez sale de los límites de la ciudad de refugio, y el vengador lo encuentra fuera de la ciudad
y lo mata, su muerte no será considerada homicidio. El responsable de la
muerte debió haber permanecido dentro de la ciudad de refugio hasta la
muerte del sumo sacerdote; pero después de la muerte del sumo sacerdote, el responsable de la muerte podrá volver a su propia tierra. Estos son
requisitos legales y tendrán que cumplirse de generación en generación,
dondequiera que vivan.
»Todos los asesinos deben ser ejecutados, pero solo si las pruebas son
presentadas por más de un testigo. No se puede condenar a muerte a nadie
por el testimonio de un solo testigo. Tampoco se aceptará el pago de rescate por la vida de alguien que haya sido juzgado y encontrado culpable de
asesinato y condenado a muerte; siempre se debe ejecutar a los asesinos.
Nunca acepten el pago de rescate de alguien que haya huido a una ciudad
de refugio, pues haría que el responsable de la muerte de alguien volviera
a su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote. Esto garantizará que la
tierra donde ustedes vivan no se contamine, pues el asesinato contamina
la tierra. Y ningún sacrificio, salvo la ejecución del asesino, puede purificar
la tierra del asesinato. No deben manchar la tierra donde viven, porque yo
mismo habito allí. Yo soy el S eñor que habito entre el pueblo de I srael».
Luego los jefes de los clanes de Galaad —descendientes de Maquir, hijo
de Manasés, hijo de José— se presentaron ante M
oisés y los líderes de las
familias de Israel con una petición. Dijeron a Moisés:
—El S eñor te dijo que repartieras la tierra entre el pueblo de Israel por
sorteo sagrado. El S eñor te dijo que la porción de t ierra que pertenece a
nuestro hermano Zelofehad se la dieras a sus hijas. Sin embargo, si ellas se
casan con hombres de otra tribu, llevarán consigo sus porciones de tierra
a la tribu de los hombres con quienes se casen. De esa manera, el área total
InmersionOrigenes_NTV.indd 282
10/12/2017 10:06:18 AM