Inmersion Origenes - Flipbook - Página 205
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L e v ítico
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tabernáculo para presentarlo como una ofrenda al S eñor, esa persona
será tan culpable como un asesino. Esa persona ha derramado sangre y
será excluida de la comunidad. El propósito de esta regla es evitar que
los israelitas sacrifiquen animales en campo abierto; asegurará que lleven
sus sacrificios al sacerdote a la entrada del tabernáculo, para que él pueda
presentar los animales al Señor como ofrendas de paz. Entonces el sacerdote podrá salpicar la sangre sobre el altar del S eñor a la entrada del tabernáculo, y podrá quemar la grasa como un aroma agradable al Señor. El
pueblo ya no debe serle infiel al S eñor al ofrecer sacrificios a ídolos que
tienen forma de cabra. Esta es una ley perpetua para el pueblo; tendrá que
obedecerla de generación en generación.
»Dales también este mandamiento: si algún israelita de nacimiento o
extranjero que viva entre ustedes ofrece una ofrenda quemada o un sacrificio, pero no lo lleva a la entrada del tabernáculo para ofrecerlo al S eñor,
esa persona será excluida de la comunidad.
»Si algún israelita de nacimiento o extranjero que viva entre ustedes
come o bebe sangre en cualquier forma, yo me pondré en contra de esa
persona y la excluiré de la comunidad, porque la vida del cuerpo está en la
sangre. Les he dado la sangre sobre el altar con el fin de purificarlos, para
hacerlos justos ante el Señor. Es la sangre, dada a cambio de una vida, la
que hace posible la purificación. Por esta razón le he dicho al pueblo de
Israel: “Nunca coman ni beban sangre, ni ustedes ni los extranjeros que
vivan entre ustedes”.
»Si algún israelita de nacimiento o extranjero que viva entre ustedes va
de caza y mata un animal o ave que se permite comer, deberá escurrirle la
sangre y cubrirla con tierra. La vida de toda criatura está en su sangre. Por
eso he dicho al pueblo de Israel: “Nunca coman ni beban sangre, porque
la vida de toda criatura está en su sangre”. Así que cualquiera que consuma
sangre será excluido de la comunidad.
»Y si algún israelita de nacimiento o extranjero come la carne de un animal que murió de forma natural o fue despedazado por animales salvajes,
deberá lavar su ropa y bañarse con agua. Permanecerá ceremonialmente
impuro hasta el anochecer, después de eso quedará puro; pero si no lava
su ropa y no se baña, será castigado por su pecado».
Entonces el S eñor le dijo a M
oisés: «Da las siguientes instrucciones al
pueblo de Israel. Yo soy el S eñor su Dios: no se comporten como la gente
de Egipto, donde ustedes vivían, o como la gente de Canaán, adonde los
llevo. No deberán imitar su estilo de vida. Ustedes deben obedecer todas
mis ordenanzas y asegurarse de obedecer mis decretos, porque yo soy el
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