Inmersion Origenes - Flipbook - Página 142
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INMERSIÓN
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ORÍGENES
22:27–23:12
antes de la puesta del sol. Puede ser que este abrigo sea la única manta
que tiene para abrigarse. ¿Cómo podrá dormir sin abrigo? Si no se lo
devuelves y tu prójimo clama a mí por ayuda, yo lo oiré, porque soy
misericordioso.
»No deshonres a Dios ni insultes a ninguno de tus gobernantes.
»No retengas nada cuando me entregues las ofrendas de tus cosechas
y de tu vino.
»Deberás darme a tu primer hijo varón.
»También tienes que entregarme las primeras crías de tu ganado, de tus
ovejas y de tus cabras. Dejarás la nueva cría con su madre durante siete días
y al octavo día me la entregarás.
»Ustedes tienen que ser mi pueblo santo. Por eso, no coman ningún
animal que haya sido muerto y despedazado por animales salvajes. Échenselo a los perros.
»No esparzas rumores falsos. No te hagas cómplice de gente malvada
cuando tengas que jurar en el estrado de los testigos.
»No te dejes llevar por la mayoría en su maldad. Cuando te llamen a
testificar en un pleito, no te dejes influir por la multitud para torcer la justicia. Tampoco inclines tu testimonio en favor de una persona solo porque
sea pobre.
»Si encuentras extraviado el buey o el burro de tu enemigo, devuélveselo a su dueño. Si ves que el b urro de alguien que te odia cayó debajo de
su carga, no pases de largo. Detente y ayúdalo.
»Ante una demanda judicial, no le negarás la justicia al pobre.
»Asegúrate que nunca acuses a nadie falsamente de algún mal. Jamás
condenes a muerte a una persona inocente o intachable, porque yo nunca
declaro inocente al culpable.
»No aceptes sobornos, porque el soborno te lleva a hacer la vista gorda
en aquello que ves con claridad. El soborno mueve incluso a una persona
justa a tergiversar la verdad.
»No oprimas a los extranjeros. Tú sabes lo que es ser extranjero, porque
tú también fuiste extranjero en la tierra de Egipto.
»Siembra y recoge tus cosechas durante seis años, pero el séptimo año
deja que la tierra se renueve y descanse sin cultivar. Permite que la gente
pobre de tu pueblo coseche lo que crezca por sí mismo durante ese año.
Deja el resto para que coman los animales salvajes. Haz lo mismo con tus
viñedos y olivares.
»Tienes seis días en la semana para hacer tu trabajo habitual, pero el
séptimo día dejarás de trabajar. Así tu buey y tu b urro podrán descansar,
y también recobrarán sus fuerzas tus esclavos y los extranjeros que vivan
en medio de ti.
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