Inmersion Origenes - Flipbook - Página 116
102
INMERSIÓN
•
ORÍGENES
8:4-19
¡hasta en tu dormitorio y sobre tu cama! Entrarán en las casas de tus funcionarios y de tu gente. Incluso saltarán en tus hornos y en los recipientes
donde amasan tu pan. Las ranas saltarán sobre ti, sobre tu gente y sobre
todos tus funcionarios’”».
Luego el Señor le dijo a M
oisés: «Dile a Aarón: “Extiende la vara que
llevas en la mano sobre los ríos, los canales y las lagunas de Egipto, y haz
que aparezcan ranas sobre toda la tierra”». Entonces Aarón extendió su
mano sobre las aguas de Egipto, ¡y salieron ranas que cubrieron todo el
territorio! Pero los magos pudieron hacer lo mismo con sus artes mágicas,
también lograron que aparecieran ranas en la tierra de Egipto.
Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les suplicó:
—Rueguen al S eñor que quite las ranas de mí y de mi gente. Yo dejaré
salir a su pueblo para que ofrezca sacrificios al Señor.
—¡Tú fija la hora! —respondió M
oisés—. Dime cuándo quieres que
ore por ti, por tus funcionarios y por tu gente. Entonces tú y tus casas se
librarán de las ranas, y estas quedarán solo en el río Nilo.
—Háganlo mañana mismo —dijo el faraón.
—De acuerdo —respondió Moisés—, se hará como has dicho. Entonces sabrás que no hay nadie como el Señor nuestro Dios. Las ranas se
alejarán de ti y de tus casas, de tus funcionarios y de tu gente. Quedarán
solamente en el río Nilo.
Entonces Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón, y Moisés clamó
al S eñor acerca de las ranas que le había enviado al faraón. Y el S eñor
hizo exactamente lo que Moisés había predicho. Murieron todas las ranas
en las casas, en los patios y en los campos. Los egipcios las apilaron en
grandes montones, y un hedor insoportable llenó todo el territorio. Pero
cuando el faraón vio que había alivio, se puso terco y se negó a escuchar a
Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.
Así que el Señor le dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Extiende tu vara y
golpea el suelo. El polvo se convertirá en enjambres de mosquitos por
toda la tierra de Egipto”». Entonces Moisés y Aarón hicieron tal como
el Señor les ordenó. Cuando Aarón extendió la mano y golpeó el suelo
con su vara, los mosquitos infestaron todo el territorio y tanto los egipcios
como sus animales quedaron cubiertos de ellos. Todo el polvo de la t ierra
de Egipto se convirtió en mosquitos. Los magos del faraón intentaron
hacer lo mismo mediante sus artes ocultas, pero esta vez no pudieron. Y
los mosquitos estaban sobre todos: gente y animales por igual.
«¡Es el dedo de D
ios!», exclamaron los magos ante el faraón. Pero el
corazón del faraón siguió endurecido y no quiso escucharlos, tal como el
Señor había dicho.
InmersionOrigenes_NTV.indd 102
10/12/2017 10:05:47 AM