Inmersion Origenes - Flipbook - Página 110
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INMERSIÓN
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ORÍGENES
4:8-23
El S eñor le dijo a Moisés:
—Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Y si no te creen ni te escuchan aun después de
estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá
en sangre sobre el suelo.
Pero M
oisés rogó al Señor:
—Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera
ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las
palabras.
Entonces el Señor le preguntó:
—¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy
yo, el S eñor? ¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré
lo que debes decir.
Pero M
oisés suplicó de nuevo:
—¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro.
Entonces el Señor se enojó con M
oisés y le dijo:
—De acuerdo, ¿qué te parece tu hermano Aarón, el levita? Sé que él
habla muy bien. ¡Mira! Ya viene en camino para encontrarte y estará encantado de verte. Habla con él y pon las palabras en su boca. Yo estaré con
los dos cuando hablen y les enseñaré lo que tienen que hacer. Aarón será
tu vocero ante el pueblo. Él será tu portavoz, y tú tomarás el lugar de Dios
ante él al decirle lo que tiene que hablar. Lleva contigo tu vara de pastor y
úsala para realizar las señales milagrosas que te mostré.
Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo:
—Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni
siquiera sé si todavía viven.
—Ve en paz —le respondió Jetro.
Antes de que M
oisés saliera de Madián, el S eñor le dijo: «Regresa a
Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte».
Así que Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los montó en un burro, y
regresó a la tierra de Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios.
El S eñor le dijo a M
oisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el
faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo
le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo. Entonces le
dirás: “Esto dice el S eñor: ‘Israel es mi primer hijo varón. Te ordené: deja
salir a mi hijo para que pueda adorarme, pero como te has negado, ¡ahora
mataré a tu primer hijo varón!’”».
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