Inmersion Mesias - Flipbook - Página 91
7:58–8:18
L U C A S – H echos
79
Se lanzaron sobre él, lo arrastraron fuera de la ciudad y comenzaron a ape
drearlo. Sus acusadores se quitaron las túnicas y las pusieron a los pies de
un joven que se llamaba Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oró: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».
Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado!».
Dicho eso, murió.
Saulo fue uno de los testigos y estuvo totalmente de acuerdo con el ase
sinato de Esteban.
Ese día comenzó una gran ola de persecución que se extendió por toda
la iglesia de Jerusalén; y todos los creyentes excepto los apóstoles fueron
dispersados por las regiones de Judea y Samaria. (Con profundo dolor,
unos hombres consagrados enterraron a Esteban). Y Saulo iba por todas
partes con la intención de acabar con la iglesia. Iba de casa en casa y sacaba
a rastras tanto a hombres como a mujeres y los metía en la cárcel.
Así que los creyentes que se esparcieron predicaban la Buena N
oticia
acerca de J esús adondequiera que iban. Felipe, por ejemplo, se dirigió a la
ciudad de Samaria y allí le contó a la gente acerca del Mesías. Las multitu
des escuchaban atentamente a Felipe, porque estaban deseosas de oír el
mensaje y ver las señales milagrosas que él hacía. Muchos espíritus malig
nos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y
muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados. Así que hubo
mucha alegría en esa ciudad.
Un hombre llamado Simón, quien por muchos años había sido hechi
cero allí, asombraba a la gente de Samaria y decía ser alguien importante.
Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, a menudo se referían
a él como «el Grande, el Poder de Dios». Lo escuchaban con atención
porque, por mucho tiempo, él los había maravillado con su magia.
Pero ahora la gente creyó el mensaje de Felipe sobre la B
uena Noticia
acerca del reino de Dios y del nombre de Jesucristo. Como resultado, se
bautizaron muchos hombres y mujeres. Luego el mismo Simón creyó y fue
bautizado. Comenzó a seguir a Felipe a todos los lugares adonde él iba y
estaba asombrado por las señales y los grandes milagros que Felipe hacía.
Cuando los apóstoles de Jerusalén oyeron que la gente de Samaria había
aceptado el mensaje de Dios, enviaron a Pedro y a Juan allá. En cuanto
ellos llegaron, oraron por los nuevos creyentes para que recibieran el
Espíritu Santo. El E
spíritu Santo todavía no había venido sobre ninguno
de ellos porque solo habían sido bautizados en el nombre del S eñor J esús.
Entonces Pedro y Juan impusieron sus manos sobre esos creyentes, y re
cibieron el Espíritu Santo.
Cuando Simón vio que el Espíritu se recibía cuando los apóstoles impo
nían sus manos sobre la gente, les ofreció dinero para comprar ese poder.
InmersionMesias_NTV.indd 79
8/18/2017 8:41:35 AM