Inmersion Mesias - Flipbook - Página 88
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INMERSIÓN
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MESÍAS
7:3-21
—Hermanos y padres, escúchenme. Nuestro glorioso Dios se le apa
reció a nuestro antepasado Abraham en Mesopotamia antes de que él se
estableciera en Harán. Dios le dijo: “Deja tu patria y a tus parientes y entra
en la tierra que yo te mostraré”. Entonces Abraham salió del territorio de
los caldeos y vivió en Harán hasta que su padre murió. Después Dios lo
trajo hasta aquí, a la tierra donde ustedes viven ahora.
»Sin embargo, Dios no le dio ninguna herencia aquí, ni siquiera un
metro cuadrado de tierra; pero Dios sí le prometió que algún día toda
la tierra les pertenecería a Abraham y a sus descendientes, aun cuando él
todavía no tenía hijos. Dios también le dijo que sus descendientes vivirían
en una tierra extranjera, donde serían oprimidos como esclavos durante
cuatrocientos años. “Pero yo castigaré a la nación que los esclavice —dijo
Dios—, y al final saldrán de allí y me adorarán en este lugar”.
»En aquel entonces, Dios también le dio a Abraham el pacto de la cir
cuncisión. Así que cuando nació su hijo Isaac, Abraham lo circuncidó
al octavo día; y esa práctica continuó cuando Isaac fue padre de Jacob y
cuando Jacob fue padre de los doce patriarcas de la nación israelita.
»Estos patriarcas tuvieron envidia de su hermano José y lo vendieron
para que fuera esclavo en Egipto; pero Dios estaba con él y lo rescató de
todas sus dificultades; y D
ios le mostró su favor ante el faraón, el rey de
Egipto. Dios también le dio a José una sabiduría fuera de lo común, de ma
nera que el faraón lo nombró gobernador de todo Egipto y lo puso a cargo
del palacio.
»Entonces un hambre azotó a Egipto y a Canaán. Hubo mucho su
frimiento, y nuestros antepasados se quedaron sin alimento. Jacob oyó
que aún había grano en Egipto, por lo que envió a sus hijos —nuestros
antepasados— a comprar un poco. La segunda vez que fueron, José re
veló su identidad a sus hermanos y se los presentó al faraón. Después
José mandó a buscar a su padre, Jacob, y a todos sus parientes para que
los llevaran a Egipto, setenta y cinco personas en total. De modo que
Jacob fue a Egipto. Murió allí, al igual que nuestros antepasados. Sus
cuerpos fueron llevados a Siquem, donde fueron enterrados en la tumba
que Abraham les había comprado a los hijos de Hamor en Siquem a un
determinado precio.
»A medida que se acercaba el tiempo en que Dios cumpliría su pro
mesa a Abraham, el número de nuestro pueblo en Egipto aumentó consi
derablemente. Pero luego ascendió un nuevo rey al trono de Egipto, quien
no sabía nada de José. Este rey explotó a nuestro pueblo y lo oprimió,
y forzó a los padres a que abandonaran a sus recién nacidos para que
murieran.
»En esos días nació Moisés, un hermoso niño a los ojos de Dios. Sus
padres lo cuidaron en casa durante tres meses. Cuando tuvieron que
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