Inmersion Mesias - Flipbook - Página 507
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fuego fue lanzada al mar. La tercera parte de las aguas del mar se convirtió
en sangre, murió la tercera parte de todos los seres que viven en el mar y
fue destruida la tercera parte de todos los barcos.
Entonces el tercer ángel tocó su trompeta, y una gran estrella cayó del
cielo, ardiendo como una antorcha. Cayó sobre una tercera parte de los
ríos y sobre los manantiales de agua. El nombre de la estrella era Amar
gura. Hizo que la tercera parte de las aguas se volviera amarga, y mucha
gente murió por beber de esa agua amarga.
Entonces el cuarto ángel tocó su trompeta, y se dañó la tercera parte
del sol y la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, y se
oscurecieron. Así que la tercera parte del día quedó sin luz, y también la
tercera parte de la noche.
Entonces miré, y oí la voz de un águila que cruzaba los cielos gritando
fuerte: «
¡Terror, t error, t error para todos los habitantes de este mundo por
lo que vendrá cuando los últimos tres ángeles toquen sus trompetas!».
Entonces el quinto ángel tocó su trompeta, y vi una estrella que había
caído del cielo a la tierra, y a la estrella se le dio la llave del pozo del abismo
sin fondo. Cuando lo abrió, salió humo como si fuera de un gran horno, y
la luz del sol y el aire se oscurecieron debido al humo.
Entonces del humo salieron langostas y descendieron sobre la tierra, y se
les dio poder para picar como escorpiones. Se les ordenó que no dañaran
la hierba ni las plantas ni los árboles, sino solamente a las personas que
no tuvieran el sello de Dios en la frente. Se les ordenó que no las mataran,
sino que las torturaran durante cinco meses con un dolor similar al dolor
que causa la picadura del escorpión. Durante esos días, las personas bus
carán la muerte, pero no la encontrarán; desearán morir, ¡pero la muerte
escapará de ellas!
Las langostas parecían caballos preparados para la batalla. Llevaban lo
que parecían coronas de oro sobre la cabeza, y las caras parecían huma
nas. Su cabello era como el de una mujer, y tenían dientes como los del
león. Llevaban puestas armaduras de hierro, y sus alas rugían como un
ejército de carros de guerra que se apresura a la batalla. Tenían colas que
picaban como escorpiones, y durante cinco meses tuvieron el poder para
atormentar a la gente. Su rey es el ángel del abismo sin fondo; su nombre
—el Destructor— en hebreo es Abadón y en griego es Apolión.
El primer terror ya pasó, pero mira, ¡vienen dos terrores más!
Entonces el sexto ángel tocó su trompeta, y oí una voz que hablaba
desde los cuatro cuernos del altar de oro que está en la presencia de Dios.
Y la voz le dijo al sexto ángel, que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro
ángeles que están atados en el gran río Éufrates». Entonces los cuatro
ángeles que habían sido preparados para esa hora, ese día, ese mes y ese
año, fueron desatados para matar a la tercera parte de toda la gente de
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