Inmersion Mesias - Flipbook - Página 504
492
INMERSIÓN
•
MESÍAS
5:14–6:14
«Bendición y honor y gloria y poder
le pertenecen a aquel que está sentado en el trono
y al Cordero por siempre y para siempre».
Y los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!». Y los veinticuatro ancia
nos se postraron y adoraron al Cordero.
Mientras miraba, el Cordero rompió el primero de los siete sellos que
había en el rollo. Entonces oí que uno de los cuatro seres vivientes decía
con voz de trueno: «¡Ven!». Levanté la vista y vi que había un caballo
blanco, y su jinete llevaba un arco, y se le colocó una corona sobre la ca
beza. Salió cabalgando para ganar muchas batallas y obtener la victoria.
Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que el segundo ser vi
viente decía: «¡Ven!». Entonces apareció otro caballo, de color rojo. Al
jinete se le dio una gran espada y la autoridad para quitar la paz de la tierra.
Y hubo g uerra y masacre por todas partes.
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que el tercer ser viviente
decía: «¡Ven!». Levanté la vista y vi un caballo negro, y el jinete llevaba
una balanza en la mano. Y oí que una voz que salió de entre los cuatro seres
vivientes decía: «Un pan de trigo o tres panes de cebada costarán el salario
de un día. Y no desperdicies el aceite de oliva y el vino».
Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que el cuarto ser viviente
decía: «¡Ven!». Levanté la vista y vi un caballo de color verde pálido. El
jinete se llamaba Muerte y su compañero era la Tumba. A estos dos se les
dio autoridad sobre una cuarta parte de la tierra, para matar con espada,
con hambre y con enfermedad y con animales salvajes.
Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas
de todos los que habían muerto como mártires por causa de la palabra de
Dios y por haber sido fieles en su testimonio. Ellos clamaban al Señor y de
cían: «Oh Señor Soberano, santo y verdadero, ¿cuánto tiempo hasta que
juzgues a la gente de este mundo y tomes venganza de nuestra sangre por
lo que nos han hecho?». Entonces a cada uno de ellos se le dio una túnica
blanca, y se les dijo que descansaran un poco más hasta que se completara
el número de sus hermanos, los consiervos de Jesús que se unirían a ellos
después de morir como mártires.
Mientras yo miraba, el C
ordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terre
moto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan
roja como la sangre. Entonces las estrellas del cielo cayeron sobre la t ierra
como los higos verdes que caen de un árbol cuando es sacudido por el
fuerte viento. El cielo fue enrollado como un pergamino, y todas las mon
tañas y las islas fueron movidas de su lugar.
InmersionMesias_NTV.indd 492
8/18/2017 8:42:04 AM