Inmersion Mesias - Flipbook - Página 43
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L u cas – H E C H O S
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de los que se creen sabios e inteligentes y por revelárselas a los que son
como niños. Sí, P
adre, te agradó hacerlo de esa manera.
»Mi P
adre me ha confiado todo. Nadie conoce verdaderamente al Hijo
excepto el P
adre, y nadie conoce verdaderamente al P
adre excepto el H
ijo
y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo».
Después, cuando estuvieron a solas, se volvió a sus discípulos y les dijo:
«Benditos los ojos que ven lo que ustedes han visto. Les digo que muchos
profetas y reyes anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y
anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron».
Cierto día, un experto en la ley religiosa se levantó para probar a Jesús con
la siguiente pregunta:
—Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
Jesús contestó:
—¿Qué dice la ley de Moisés? ¿Cómo la interpretas?
El hombre contestó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu fuerza y con toda tu mente” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
—¡Correcto! —le dijo Jesús—. ¡Haz eso y vivirás!
El hombre quería justificar sus acciones, entonces le preguntó a Jesús:
—¿Y quién es mi prójimo?
Jesús respondió con una historia:
—Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladro
nes. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado
del camino.
»Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre
en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo. Un ayudante
del templo pasó y lo vio allí tirado, pero también siguió de largo por el
otro lado.
»Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre,
sintió compasión por él. Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite
de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo
llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él. Al día siguiente, le dio dos
monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hom
bre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima
vez que pase por aquí”.
»Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre
atacado por los bandidos? —preguntó Jesús.
El hombre contestó:
—El que mostró compasión.
Entonces J esús le dijo:
—Así es, ahora ve y haz lo mismo.
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