Inmersion Mesias - Flipbook - Página 380
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INMERSIÓN
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MESÍAS
18:18-35
persona se niega a escuchar, lleva el caso ante la iglesia. Luego, si la persona
no acepta la decisión de la iglesia, trata a esa persona como a un pagano o
como a un corrupto cobrador de impuestos.
»Les digo la verdad, todo lo que prohíban en la tierra será prohibido
en el cielo, y todo lo que permitan en la tierra será permitido en el cielo.
»También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo
aquí en la t ierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi P
adre que
está en el cielo la hará. Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo
estoy allí entre ellos.
Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí?
¿Siete veces?
—No siete veces —respondió J esús—, sino setenta veces siete.
»Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que deci
dió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado
dinero. En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía mi
llones de monedas de plata. No podía pagar, así que su amo ordenó que
lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para
pagar la deuda.
»El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme
paciencia y te lo pagaré todo”. Entonces el amo sintió mucha lástima por
él, y lo liberó y le perdonó la deuda.
»Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un
compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de
plata. Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato.
»El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco
más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó. Pero el
acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso
en prisión hasta que pagara toda la deuda.
»Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho.
Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido. Entonces el
rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado!
Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber
tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”.
Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo tortura
ran hasta que pagara toda la deuda.
»Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdo
nar de corazón a sus hermanos.
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