Inmersion Mesias - Flipbook - Página 325
INMERSOS EN 1 PEDRO
E L A P Ó S T O L P E D R O S A B Í A que necesitaba escribir una carta para animar
a ciertos creyentes que enfrentaban oposición y persecución de parte
de sus vecinos no creyentes. Esas difíciles experiencias también estaban impactando la perspectiva que tenían los creyentes sobre Dios.
A comienzos de la década del 60 d. C., Pedro estaba viviendo en
Roma, a la que él llama «Babilonia», en alusión a la antigua ciudad que
oprimía al pueblo de Dios en el Primer Testamento. Sabía de la difícil
situación que enfrentaban los seguidores de Jesús en otra parte del
Imperio romano: en las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia
y Bitinia (todas en Asia Menor, que es la actual Turquía). Pedro ahora
escribe a esos creyentes, la mayoría de los cuales eran gentiles, para
animarlos frente al sufrimiento. También les da un claro sentido de
identidad como pueblo elegido de Dios, y los insta a continuar en el
camino de una vida santa.
Pedro comienza recordando a los creyentes la gran esperanza que tienen ahora en Cristo. El nuevo mundo de Dios está guardado en los
cielos para ellos, esperando el día en que descenderá y será revelado
como la herencia de los creyentes.
A continuación, Pedro se maravilla de la transformación que la fe en
Jesús ha producido en ellos. «Dios pagó un rescate para salvarlos de la
vida vacía que heredaron de sus antepasados», les dice, así que ahora
«pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a
salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa». Aludiendo al Primer
Testamento, Pedro les dice: «Antes no tenían identidad como pueblo,
ahora son pueblo de Dios». Luego, utilizando un lenguaje que hace eco
de otras descripciones de Israel, declara: «Son sacerdotes del Rey, una
nación santa, posesión exclusiva de Dios».
No obstante, su nueva identidad ha generado una serie de problemas terrenales. Pedro dice: «Sus amigos de la vieja vida se sorprenden
de que ustedes ya no participan en las cosas destructivas y descontroladas que ellos hacen. Por eso los calumnian». Es posible que esas
calumnias hayan incluido la acusación de que los creyentes, por ser
fieles a Jesús, eran desleales al emperador. Pedro les dice que no se
preocupen por esas acusaciones e insultos, sino que en cambio sigan
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