Inmersion Mesias - Flipbook - Página 297
4:40–5:17
M arcos
285
¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma.
Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?».
Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este
hombre? —se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo
obedecen!».
Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos. Cuando
Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió
de entre las tumbas a su encuentro. Este hombre vivía en las cuevas de
entierro y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Siempre que
lo ataban con cadenas y grilletes —lo cual le hacían a menudo—, él rom
pía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie
con suficiente fuerza para someterlo. Día y noche vagaba entre las cuevas
donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose
con piedras afiladas.
Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió
a su encuentro y se inclinó delante de él. Dando un alarido, gritó: «¿Por
qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre
de Dios, te suplico que no me tortures!». Pues J esús ya le había dicho al
espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».
Entonces J esús le preguntó:
—¿Cómo te llamas?
Y él contestó:
—Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de
este hombre.
Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los
enviara a un lugar lejano.
Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una
ladera cercana. «Envíanos a esos cerdos —suplicaron los espíritus—. Dé
janos entrar en ellos».
Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hom
bre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se
lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.
Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y
sus alrededores, difundiendo la noticia mientras c orrían. La gente salió
corriendo para ver lo que había pasado. Pronto una multitud se juntó al
rededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por
la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido
y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo. Entonces los que habían visto
lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre
poseído por los demonios y con los cerdos; y la multitud comenzó a ro
garle a J esús que se fuera y los dejara en paz.
InmersionMesias_NTV.indd 285
8/18/2017 8:41:49 AM